Carta pastoral

José Vilaplana Blasco / Obispo De Huelva

Día del seminario

POR el adelanto de la Semana Santa, el Día del Seminario se celebrará hoy día 9 de marzo. La festividad litúrgica de San José, que este año no es de precepto, será el sábado siguiente, día 15. Son momentos propicios para dar gracias a Dios por el sacerdocio en la Iglesia y, en concreto, por los sacerdotes de nuestra diócesis, que escucharon la voz de Dios y le siguieron. Pidámosle al Señor que no sólo los sostenga en su compromiso con Él y con la Iglesia, sino que acreciente el entusiasmo del amor primero.

Juan Pablo II, en la exhortación Pastores Dabo Vobis, nos dice: "La historia de toda vocación sacerdotal, como de toda vocación cristiana, es la historia de un inefable diálogo entre Dios y el hombre, entre el amor de Dios que llama y la libertad del hombre que responde a Dios en el amor".

Estoy convencido de que Dios sigue llamando, como llamó a Abrahám a la fe, a Moisés a liberar a su pueblo de la esclavitud, o como Jesús llamó a cada uno de los Doce, para que estuvieran con Él y para enviarlos a predicar, y como ha llamado a tantos sacerdotes que, generosamente hoy, le siguen.

El hombre moderno sigue teniendo necesidad de Dios, aunque no lo sepa, no pueda o no quiera reconocerlo. Hoy, como en otros momentos de la historia, tenemos que aprender a interpretar la voz de Dios que clama desde tanto sufrimiento. Nos pide ayuda y nos señala la tarea: Dadles vosotros de comer, aunque, para percibir esta llamada, es necesario escuchar su voz, como dice el lema de este año.

Es necesario promover una cultura vocacional en nuestras parroquias, en las familias y en los centros educativos encomendados a la Iglesia, para que todos descubramos y vivamos nuestros compromisos humanos como llamadas de Dios. No estamos solos: Él nos acompaña. Esta tarea es importante desarrollarla, especialmente entre los adolescentes y los jóvenes, para que aprendan a reconocer, como Samuel, la voz del Señor y seguirla.

Soy consciente de la dificultad que pueden sentir los jóvenes. Necesitan de nuestro apoyo y nuestra oración para que reconozcan la llamada y se entreguen al servicio de los hermanos en el ministerio sacerdotal.

Pidamos al Señor, por intercesión de María, que bendiga nuestra Iglesia diocesana con abundantes y santas vocaciones al sacerdocio.

Os saludo y bendigo con todo afecto.

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