tiempo de academia

Fernando S. Barranco Molina

Académico de la Academia Iberoamericana de La Rábida. Profesor de la Universidad de Huelva

Curiosidades cartográficas

Apropósito de la magnífica exposición de cartografía que durante dos meses hemos podido contemplar y deleitarnos en la Casa Colón de nuestra ciudad, me viene a la memoria aquella frase que Napoleón dijo: "Quien tiene la información, tiene el poder" y por eso enviaba siempre a sus cartógrafos por delante de su ejército para que supiese siempre cómo era la zona por donde iba a moverse. Los topógrafos trabajaban en terrenos hostiles ya que el pueblo llano no les dejaba trabajar y eran apedreados.

La frase de Napoleón la han seguido siempre muchos políticos y militares. Y digo esto porque en esta exposición he visto y me he recreado con muchos mapas que ya conocía y de los que tengo reproducciones en mi colección, como son los mapas de Jerónimo Chaves perteneciente al Atlas de Abraham Ortelius, Hondius, Joseph Antonio de Armona o el plano de Francisco Montenegro del estuario del Odiel, pero me llamó poderosamente la atención el mapa del que voy a extenderme ahora.

Además de los mapas que hicieron los franceses, conozco mapas de Huelva, confeccionados por el Servicio Geográfico Alemán y por los Estados Unidos de América y todos tienen su lógica conociendo la historia de España, pero no me imaginaba que el Servicio Geográfico de la URSS tuviese tanto interés en hacer cartografía de nuestro país, tan detallada y con tanta precisión.

El mapa en cuestión es del año 1969 y representa a Huelva y sus alrededores con gran lujo de detalles. Como amante que soy de la historia de la cartografía, me interesé por este peculiar mapa y el porqué de este interés ruso en cartografiar España y otros muchos países. Y con este afán descubrí cosas muy interesantes.

Ayudado por mi gran amigo periodista e investigador Gustavo Luca de Tena, toda una fuente de sabiduría, indagando en la historia rusa me enteré que Vladimir Llich Uliánov, más conocido por Lenin, en el año 1919 potenció el circo, diciendo que era un arte de primera importancia y lo nacionalizó. Y a partir de ahí todos los circos existentes pasaron a ser propiedad del Gobierno de Moscú.

El Circo Ruso se extendió y salió por todo el mundo a ofrecer su arte y su diversión. Aprovechando las giras, sus artistas salían a la calle, y al ritmo de trompetas y violines, con sus teodolitos, taquímetros, planchetas y niveles tomaban datos para hacer mapas.

Hay una anécdota que ocurrió en Sevilla, que mientras el circo permanecía instalado junto al río Guadalquivir, cuadrillas de saltimbanquis y cómicos se iban por los pueblos y además de divertir iban levantando planos.

De estos hechos, un militar hizo una denuncia y las explicaciones del cónsul ruso en Sevilla fueron que en efecto estaban haciendo planos y tomando cotas para próximas visitas del circo por estas tierras y ubicar sus carpas en los lugares más adecuados. Todo quedó en un apretón de manos entre las autoridades. El Circo Ruso sirvió de cobertura perfecta para topografiar territorio ajeno según las directrices marcadas por el mítico Lenin.

También fue objeto de mi sorpresa el plano del casco urbano de Huelva capital fechado en mayo en 1847 y firmado por el maestro de obras don Manuel de Zayas, que tampoco conocía.

Este plano no tiene rigor científico, pues bien es sabido que el primer plano de nuestra ciudad realizado con garantías y fiabilidad es el confeccionado por Francisco Coello de Portugal y Quesada del año 1869. Pero bien es cierto que nos ofrece una visión de la pequeñita y pueblerina Huelva en la que podemos ver que el límite urbano es bien reducido. Huelva solo tenía en esa época 7.000 habitantes. El Muelle Baluarte con la Capilla de la Estrella, el Cementerio en la Cuesta del Carnicero, la cárcel y el Ayuntamiento en la Plaza de San Pedro, la fuente existente en la Plaza de las Monjas en el mismo lugar que la actual, en definitiva, muchas curiosidades que este documento aporta a los estudiosos. El Sr. de Zayas, le llama Croquis de la Villa de Huelva, a pesar de estar a escala de uno por cinco mil pies de la vara de Burgos.

Para finalizar, cada uno de los mapas y planos de esta exposición son verdaderas joyas de la cartografía.

¡Siempre lo he dicho: la cartografía es cultura!

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios