Con aroma de incienso y olor a cera quemada ha dado comienzo la Santa Cuaresma. Hasta el 29 de marzo, la iglesia nos invita a vivir con verdad un tiempo de gracia.

Aunque a través de los años la práctica penitencial se ha ido aligerando en el mundo occidental, el sentido profundo de ella permanece en nuestros corazones en toda la amplitud de su significado.

La Cuaresma es un signo sacramental de nuestra conversión que debe realizarse permanentemente, pero que en esta hora litúrgica que marca la Iglesia tiene un sentido más realista y de cumplimiento.

Estamos en un periodo de tiempo en que nuestra religión nos marca austeridad, práctica del ayuno en las condiciones establecidas y para quienes pueden y deben hacerlo. Así, nos iremos acercando a esa Pascua gloriosa que terminada la Semana Santa nos hace a todos abrirnos a la más bella primavera espiritual.

También se ha dicho que la Cuaresma es un tiempo de cambio en nuestra manera de actuar y de llevar a cabo nuestra vida de fe. Un cambio para ser mejores.

La práctica de la Cuaresma data del siglo IV y fue en sus comienzos muy rigurosa en oriente, aunque fue bajando sus criterios en el occidente. Hoy la práctica cuaresmal está adaptada perfectamente a nuestros tiempos, condiciones y forma de vivir nuestro desarrollo religioso.

Ahora que el ambiente cofrade se hace más abierto a la calle, cuando los cultos de nuestras hermandades y cofradías iluminan los altares en sus quinarios anuales, rezos habituales y práctica de presencia eucarística en todos, el ambiente cuaresmal se vive con más sentimiento y recogimiento.

Los tiempos actuales, con sus batallas materialistas, van desvirtuando aquella estampa de la Cuaresma que vivimos de niños, pero amparados en la fe, en la oración, la limosna y el ayuno, esa Cruz penitencial que ya vislumbramos por nuestras calles en protestación procesional de nuestra fe cristiana y católica se eleva en alegría para dar sentido al milagro de la Resurrección, piedra básica de nuestra religión.

La fecha del 14 de febrero de 2018, el inicio de la Cuaresma coincidió con esa moderna celebración del día de San Valentín, Patrón de los enamorados. Que el amor entre los humanos se llene siempre de ese otro amor divino, que a través de la fe se nos hace realidad para seguir la estela de aquel primer mandamiento que es pilar de toda nuestras creencias. La Cuaresma ha comenzado. Santos días de meditación, reflexión y penitencia.

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