Cuarenta ya

La Transición española se estudió en las facultades de Ciencias Políticas de algunos países europeos

Así que pasen cuarenta años, ¡quién lo diría! Parece que fuera antes de ayer cuando fuimos a votar por primera vez en democracia. Yo creo que entonces todos éramos conscientes del momento, pero también creo que en el aire flotaba una cierta sensación de desasosiego, había alegría pero también había algo de temor. La pregunta en todas las mentes era la misma: ¿seremos capaces los españoles de vivir oficialmente en paz abrazándonos o simplemente soportándonos unos y otros? Tengan en cuenta que no hacía ni cuarenta años del final de la Guerra de España y muchos protagonistas estaban muy vivos y muy coleando. Y fuimos capaces, muy capaces, y la razón del éxito de aquella transición modélica la veo yo en el hecho de que esta ya se había producido en la intimidad de la sociedad española. Cuando los políticos acordaron llevar al Boletín Oficial del Estado las leyes que hacían oficiales la concordia, ésta ya había tenido lugar en los pueblos y en las ciudades hacía mucho tiempo. Mi padre formaba parte de los vencedores de la guerra, siendo también víctima de la misma con la pérdida de familiares en circunstancias tremendas. ¿Saben quién era uno de sus dos o tres mejores amigos, desde que yo tengo memoria? Un socialista que injustamente purgó en el penal del Dueso su militancia. Eran ciertamente íntimos. Recuerdo a aquel hombre que me paraba en la calle para saludarme siendo yo un mozalbete. Me hablaba con veneración de mi padre y yo casi le besaba la mano. Un hombre bueno. Su hijo fue después alcalde de mi pueblo muchos años y ambos hemos guardado aquella amistad que nuestros padres levantaron a pulso. Y este ejemplo lo pueden multiplicar por miles, por millones, en todos los pueblos de España. Cuando Franco murió la transición ya estaba hecha.

Todo esto es el relato de una heroicidad, de una abnegación, de la hombría de bien de centenares de miles de españoles. Una historia que conmovió al mundo civilizado. La Transición española se estudió en las facultades de Ciencias Políticas de algunos países europeos, sobre todo en los que venían de la noche comunista. Mientras tenga fuerzas en mi cabeza y en mi corazón, y pueda expresarlo como hoy lo hago, no consentiré la más mínima duda, la más mínima sombra, ni el más mínimo intento de desprestigiar aquella hazaña del pueblo español. La Transición sirvió y sirve. Su ejemplo se alarga por encima de los años. Sigue siendo un magnífico y resplandeciente espejo en el que mirarnos. Los que quieran rechazarla o ponerla en cuestión deben ser advertidos de que contra la grandeza del pueblo español nada podrán.

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