He pasado unos años buenos escribiendo esta columna local. Pero me voy con una sensación de hastío, porque miro a la Huelva de hace casi un lustro y hoy ¿es mejor?

Hace un año hubo una manifestación contra la presencia sempiterna de los fosfoyesos que algunos sindicatos quieren promover como abono para macetas y que en otros países desarrollados se apartan de la población humana; un año más tarde, a pesar del cambio de gobierno en el Ayuntamiento y la entrada de la oposición socialista (¡vaya palabra!), sabemos que Huelva va a ser un referente de la España más honda y profunda expresada en esa analogía populista del catolicismo llamada Semana Santa pero Magna; que para el Recre se pondrá lo que "haiga farta" porque ser de Huelva y del Recre es lo mismo; que aquí, en pudiendo pagar, se come de puta madre y va a venir gente con posibles para que nos contraten por horas y limpiar su mierda en hoteles a cambio de salarios de subsistencia, concepto de amplia tradición liberal hace siglo y medio, y todo financiado por la propaganda pública del bote común andaluz; que vamos a dar la campanada en Año Nuevo como Calañas, que es un segundo Madrid... y ahí están viendo pasar el tiempo: los fosfoyesos. ¡Cómo estaríamos con la derecha!

Pero uno mira las afueras del consistorio y se encuentra otra vez con esa reivindicación del genocidio... Huelva Puerta de América llamé a esta tierra en un artículo, porque no tenemos que ser colombinos, remover aquella conquista es insultar a los conquistados, aunque a ellos les importe ya un carajo, no sepan ni dónde estamos y nosotros no seamos responsables de la esclavitud de entonces; pero hay que jugar las cartas para ser reclamo y no otro tópico que nos haga dudar de la formación básica de nuestros políticos: arte, literatura, universidad, investigación, congresos transoceánicos, becas e intercambios, expansión de la UHU por América y fusión con la Hispanoamericana de La Rábida y sus programas; pues no, palmadita en la espalda al indio, esperando que nos dé las gracias por la sífilis.

Queremos aeropuerto, AVE y estación espacial, y nos falta infraestructura cultural, museística y lo más gracioso: nada más incómodo y tercermundista que moverse (¡ja, ja!, moverse) por la provincia con nuestros transportes públicos... ¿No habrá gente pensando en las obras y su millonada y comprando terrenos para especular con estas cosas? ¿Hay alguien por ahí pensando con un par de ideas estructuradas? Lamento ser duro, pero me avergüenzo.

Y Fuentepiña, Juan Ramón, Fuentepiña...

Muchas gracias al periódico, a su actual director, a sus trabajadores, siempre diligentes, sacrificados y efectivos, y amables, y a esos lectores que me han soportado y que, a veces, me han parado por la calle y me han dado el mejor pago (y único) recibido: la gratitud por un texto, una idea o un comentario, gracias. Al anterior director, Javier Chaparro, me lo quedo como amigo.

Eso sí, el nuevo Paseo Marítimo del Odiel es bonito.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios