Los trenes de una buena parte del siglo XX utilizaban el carbón como fuente de energía. No existía entonces la sensibilidad ambiental de hoy, pero ya resultaba molesto terminar el viaje con un tapiz de fina carbonilla, aun sin la conciencia clara de que al mismo tiempo se depositaba en los pulmones. Se recomendaba que las ventanillas permanecieran cerradas, posiblemente para evitar accidentes, pero también la entrada de los humos en lo posible. En una placa figuraba la leyenda: "Prohibido asomarse al exterior".

Han cambiado los tiempos y los ferrocarriles han mejorado de forma notable, aunque no suficiente en algunas provincias, como Huelva o Almería, y comunidades autónomas, como Extremadura. Pero la divisa que previene sobre las miradas al exterior, considerada con un significado más amplio, permanece vigente. La democracia inmadura que vivimos permite que las miras de algunos políticos -no de todos- no alcancen más allá de los límites de su demarcación, sea esta municipal, provincial, autonómica o nacional. Esto explica fenómenos como que los dirigentes de una región tan cosmopolita como Cataluña se apoyen en una historia interpretada de forma sectaria, apelando a motivaciones insolidarias de sus potenciales electores, en vez de atender las líneas maestras que dibuja una Europa, en cuya esencia misma se encuentra la supresión de fronteras, no la creación de otras nuevas.

La ubicación de Huelva en la historia y en la geografía, en el rincón suratlántico, determina fuertemente que se asome al exterior mirando a América y que su vocación sea constituirse en nexo de la relación entre España, que es decir Europa, y la Comunidad Iberoamericana, proyectando hacia el futuro el papel liminar que tuvo en la forja de ese vínculo. Es lo que hace el Festival de Cine Iberoamericano, en su línea de gestión inteligente a través de un equipo cohesionado y eficaz. También el Otoño Cultural Iberoamericano (OCIb) que, por primera vez en sus diez años de existencia, cruza el océano, en sentido América, para llevar a México con éxito sobresaliente las artes plásticas de Huelva y de España. Y lo vienen haciendo igualmente instituciones como la pionera Sociedad Colombina Onubense, la Sede Iberoamericana de la UNIA en La Rábida, la Universidad de Huelva y otras también de mérito. Alentar la actividad de todas ellas debe ser una prioridad política, urgida por los ciudadanos.

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