Arturo, ¿héroe o mártir?

Permíteme que te eche en cara la incapacidad que has demostrado, por mucho que la camufles con altanería

Hace ya muchos años, cuando uno era aspirante a cumplir los deberes militares obligatorios en las Milicias Universitarias, y hacían un test psicotécnico que tenía unas mil quinientas preguntas con el objetivo de intentar trazar un perfil del individuo. Para ello, había preguntas que con distinto enunciado se reiteraban, seguramente con la intención de detectar contradicciones en el personaje. Pues bien, hay una pregunta que su formulación resultaba compleja, te decían: ¿qué prefieres ser héroe o mártir? y más porque al ser tipo test, no cabían elucubraciones sino absoluta concreción en la respuesta.

Explicando esto, hoy no he resistido la tentación de recuperar mi contacto con el amigo Arturo. Para empezar, Arturo, te diré que, a mi juicio, hay una cierta conjunción entre los conceptos de heroicidad y martirologio al estar unidos ambos por el sacrificio personal en la defensa de un sentimiento o una causa que consideran justa y que su inmolación tendrá utilidad, aunque solo sea simbólica, para la permanencia, la propagación o el estímulo y la ejemplaridad ante aquellos que se ven concernidos por la cuestión. Dicho esto, Arturo de las entrañas catalanistas, permíteme te eche en cara la incapacidad que has demostrado, por mucho que tu estilo y discurso altanero lo utilices como camuflaje de tu debilidad y ausencia de gallardía. Cuando vas en pandilla, arropado por presuntos seguidores y rodeado de la expectación mediática… sacas pecho y hablas en primera persona, pero, ¡ay!, cuando te ves ante un solo micrófono y con el juez cara a cara, el discurso pandillero y tu deslealtad hacia el Estado, del que a tu pesar eres representante en Cataluña, los escondes culpando a los voluntarios, a tu ¿ignorancia? y ¿falta de aviso? De las consecuencias de tu incumplimiento de la ley… ciertamente, vergonzosa esa actitud cuando vuestro verdadero objetivo viene siendo el huir hacia adelante ante el latrocinio que presuntamente habéis generado.

Por todo ello, Arturo, finalizo imbuyéndome de los rescoldos afectivos de las fiestas navideñas recientes, para recordar esa figura consustancial e imprescindible en la escenificación belenista en tu tierra: el caganet. Pues bien, visto lo visto, has demostrado no ser héroe y tampoco mártir sino el més caganet de los posibles.

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