Alto y claro

José Antonio Carrizosa

jacarrizosa@grupojoly.com

Arriba y abajo

Muchas empresas andaluzas y muchos patrimonios han emigrado a Madrid para pagar menos impuestos

Si hay algo que de verdad crea agravios entre territorios, aumenta el enfrentamiento y desarticula una realidad nacional es lo de que en unos sitios se paguen más impuestos que en otros. En España está aceptado constitucionalmente, aunque a muchos no nos guste y pensemos que en algún momento habrá que replantearlo, que los vascos gocen de privilegios fiscales que no tenemos el resto de los españoles. Pero, por si esto fuera poco, la realidad autonómica del Estado ha provocado que unas comunidades hayan hecho política de captación de recursos en base a bajar o eliminar los impuestos que tienen cedidos por el Estado mientras otras los han mantenido o incluso los han subido. Supongo no que hay ninguna duda sobre en cuál de los dos bandos está Andalucía. Aquí tenemos una de las presiones tributarias más altas de España, derivada de nuestra propia estructura económica, pero también -y ahí está la clave de la cuestión- de la política que al respecto ha seguido la Junta de Andalucía.

Lo cierto es que ahora mismo existe lo que Susana Díaz calificó el martes en la cumbre autonómica como "competencia desleal entre las regiones" y que cuando no hay micrófono se tacha directamente de dumping fiscal. La receptora de estos dardos es la Comunidad de Madrid, que ha hecho una política de bajada de impuestos que le ha resultado tremendamente eficaz. Los datos, que sepamos, no están publicados, pero cualquiera que se mueva en la realidad económica andaluza sabe que muchas empresas y muchos patrimonios importantes han emigrado a Madrid por esta razón.

¿Es necesaria una armonización fiscal para que no se produzcan estos agravios? Supongo que nadie tiene duda de que es un fin deseable, por mucho que la presidenta madrileña se empeñe en lo contrario. Lo que cabe preguntarse es si hacia donde hay que ir es a estar como los madrileños o a estar como los andaluces. Si consideramos que en cuestión de calidad y extensión de los servicios que proporciona la comunidad autónoma no estamos precisamente para tirar cohetes en relación a Madrid, la respuesta se impone por sí sola. De hecho, son las empresas y los ricos y menos ricos andaluces los que se domicilian en Madrid para pagar menos impuestos. Que se sepa no ha habido nunca en Despeñaperros embotellamiento de empresarios de otras regiones deseando poner en Andalucía su sede fiscal.

Elimínense, por lo tanto, los agravios entre regiones. En eso no le falta razón a la Junta. Pero mejor sería eliminarlos por una igualación hacia arriba que tenerlo que hacer con una equiparación hacia abajo.

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