La ciudad y los días

Carlos Colón

Aprobación abusiva

COMUNISTAS y socialistas madrileños habían convocado, con una hora de diferencia, sus homenajes a las 13 Rosas, las jóvenes mayoritariamente comunistas torturadas y fusiladas por los franquistas el 5 de agosto de 1939 como parte de la brutal represión a guerra ganada; el crimen mayor del franquismo en esa evolución de los crímenes de guerra (compartidos en distintos grados -comunistas, anarquistas y nacionales los primeros- por todos los contendientes) al terrorismo de Estado que se ensañó con los vencidos sin distinguir entre culpables e inocentes, militares y civiles, hombres y mujeres, adultos o menores de edad. Se trataba de construir el Régimen sobre el eficaz cimiento del terror. Cosas sabidas, investigadas y publicadas desde hace muchos años en el extranjero y en España desde la Transición. Cosas, también, que aún deben investigarse y pensarse porque -como demuestra este homenaje por separado a las 13 Rosas de esos antiguos enemigos mortales que fueron comunistas y socialistas- la cuestión es de una extrema complejidad.

Pero no es del pasado de lo que quería escribir, sino de la manipulación sin escrúpulos de tragedias del pasado para legitimar políticas del presente. Si el PSOE, como con razón viene denunciando el PC, se ha apropiado abusivamente de la memoria de las 13 Rosas -que pertenecían a las Juventudes Socialistas Unificadas, que incluía a las bases juveniles comunistas-, el secretario general de las Juventudes Socialistas, Sergio Gutiérrez, ha ido aún más lejos al utilizarlas como muñecos de ventrílocuo y afirmar, en el homenaje madrileño, que "de estar vivas" apoyarían iniciativas del Gobierno socialista como la Alianza de Civilizaciones, el aborto, el cierre de las centrales nucleares, o la lucha contra el cambio climático; rematando la faena al decir que cualquiera de ellas sería "una excelente profesora de Educación para la Ciudadanía".

¿Quién es este tipo para apropiarse de la voluntad de unas mujeres torturadas y fusiladas hace 70 años? ¿Cómo puede atreverse a afirmar qué aprobarían o desaprobarían? ¿Cómo se atreve a suponer que hoy militarían en el PSOE y no en el PC o cualquier organización no gubernamental? "De estar vivas" -retórica ya de por sí reaccionaria, tipo "si levantara la cabeza"- podrían militar en cualquier partido de izquierdas o en ninguno, aprobar estas medidas o no, compartir la política de Zapatero o -como tantos socialistas veteranos que lucharon contra el franquismo- sentirse asqueados por la caricatura vaciada de sustancia en que han convertido la causa por la que arriesgaron su libertad y su vida.

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