El recinto ferial de Madrid fue la semana pasada el receptáculo de una enorme cantidad de obras de arte. De arte mayor y de arte menor e incluso algunas carentes de arte, al menos en la opinión de aficionados, que no expertos, como ustedes y como yo. Se trata de una feria comercial, reservada a las más selectas galerías del ramo, con lógicos móviles de lucro, y también a instituciones interesadas en el fomento de las artes, por lo que ello conlleva de elevación del nivel cultural del ciudadano. Las primeras tratan -es normal- de encarecer (en el doble sentido de alabar, ponderar, y de aumentar el precio de algo, hacerlo caro), las obras cuya venta gestionan, y de convencer al eventual comprador para que adquiera una pieza que probablemente el tiempo pronto se encargará de devaluar. Un ejemplo: me ofrecen una pequeña y bonita obra escultórica de Jaume Plensa, de la que se ha hecho una serie de mil ejemplares, al precio de 4.500 euros, que en la Feria quedan reducidos a "solo" 3.500; y además puede pagarse en cómodas cuotas mensuales de 70 euros. Quizá no es prohibitivo, pero una sencilla operación aritmética revela que ahí hay un negocio de más o menos cuatro millones de euros a repartir.

Otro caso es conocido en toda España a través de la ingente difusión mediática, que ha convertido la retirada de unas fotografías pixeladas de presos independentistas, que habría pasado por ARCO sin pena ni gloria, en una venta de ochenta mil euros. La galerista y el "artista" han tenido el mérito o la suerte de conseguir gratis la más fabulosa campaña de publicidad que hubieran podido soñar. Publicidad es lo que ha buscado también con su presencia en ARCO la Diputación de Huelva para una singularidad de nuestra provincia muy poco conocida. Con el estand Gossan: Misión a Marte ha lanzado el proyecto de un futuro parque temático en la Cuenca Minera de Riotinto, una iniciativa que parece más cerca de la ciencia y el turismo que del arte. Podría pensarse en Fitur como escenario más adecuado que ARCO para su promoción, pero no es imposible lograrlo en esta feria en la que hay muchas más cosas que arte.

Hay también arte en Madrid fuera de ARCO. Recomendable, en el Centro Conde Duque, la exposición de retratos La generación del 87, que compara personajes entonces emergentes del arte y la cultura con su aspecto treinta años después. Con la onubense Martirio como figura estelar.

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