Desde cuándo no transcurre un año en el Decano dentro de los parámetros normales de un club de fútbol y los recreativistas celebrar con sosiego unas fiestas navideñas? El patrón Ayuntamiento prolonga la incertidumbre sobre el levantamiento del embargo de la Agencia Tributaria buscando la fórmula de pago obligado del crédito contra la masa de 6,8 millones de euros, tras frustrar varias fechas en pleno éxtasis por el precoz diagnóstico de un avance hipotético de la caótica situación en fiebre de salvación.

Los vaivenes permanecen en las etapas de Javi Casquero y Ángel López, después de emerger expectativas por la renovada y sugestiva gestión deportiva del prestamista Eurosamop -ya debe dos meses a la plantilla- merced a un contrato de alquiler en búnker. Y la cantera diluye sus opciones de estabilidad por su frágil estructura y la huida de jugadores engullidos por la inercia que asola al primer equipo. El proyecto deportivo al término de la primera vuelta no sale como era el deseo general, ahora sin presencia de jugadores de Huelva por la apuesta de Juanma López de sacar rédito a su colectivo. Javi Casquero en 12 jornadas dejó al equipo desequilibrado y sin guión futbolístico metido en descenso, además dejando secuelas de desconfianza con su segundo. Ángel López pulsó la tecla de activación y asumió protagonismo ensalzando todo lo que rodea al Decano y al recreativismo, en beneficio de fortalecer su ego. A raíz de sumar cuatro victorias seguidas a rebufo de la fogosidad, con más efectividad que juego, tomó decisiones tácticas temerarias y justificaciones paralelas tras las dos derrotas seguidas ante rivales en descenso que frenaron las cuentas de la lechera. Un tobogán de cambios profundos que nunca se para. El Decano disfruta de una existencia tan apasionante y un currículum cargado de una vida de 128 años a prueba de infartos económicos. Todo cambia, pero todo sigue igual.