La esperanza de hallar continuidad a la fuerza del efecto Ángel López con otro impulso hacia la ilusión estable. El primer arreón triunfal de noviembre no supo digerirse en positivo. El reto de hoy es salir reforzado a rebufo de su conexión con la victoria para tratar de recuperar el terreno perdido de dos meses, ahora en base a la receta del sustento del pragmatismo como respuesta a su falta persistente de generar espacios de definición en la medular con apoyos, verticalidad y claridad en los trasvases defensa-ataque. Corregir y examinar las situaciones desequilibradas para exprimir las rachas de lucidez con el desconectado Boris fajándose en su lucha de inferioridad arriba.

Un derbi chico peligroso inmerso en el optimismo prematuro por el esperado ambiente de apoyo albiazul, que tiene el riesgo paralelo de ocasionar daño si no se controlan las sensaciones. Una ocasión de volver a ganar, pero el filial bético reúne talento, juventud y calidad en dosis suficientes si el Recreativo no contrarresta mediando la disciplina táctica con la determinación de competir en el despliegue ofensivo. Antecedentes frustrantes con pérdidas ante Jumilla y el filial de Las Palmas, que todavía siguen en descenso. El Betis Deportivo rompió en su última jornada casera una racha negativa de cuatro empates y dos derrotas durante tres meses y medio de sequía en alegrías.

Jugar con la ansiedad de los jóvenes rivales es la otra baza decisiva. El detalle del partido se centrará en el duelo de artilleros: el avispado Loren y el contumaz Boris. El equipo de Ángel López tiene el hándicap de no ser contundente en ataque, entre los cuatro menos realizadores, que neutraliza con su resistencia de su alternativa defensiva, en el grupo de los cuatro que menos encaja. El Recreativo tiene mucho más que perder. Hay que salir espabilados y centrados porque son tres puntos que pueden traer consecuencias muy positivas.