Nada es más verdad en este mundo que no hay mayor desprecio que no hacer aprecio, pero me van a permitir hacerle algunas aclaraciones al actual entrenador del Gerena que, además de tener muy mala memoria y de tomar a todo el recreativismo por lelo (se ve que tiene buen maestro), es un cachondo, con perdón de la expresión. Dijo el hombre que los que le cesaron en el Recre "no era gente de fútbol", sino "unos mandados". Ya; será porque aquel con el que él firmó dos veces su relación con el club era mundialmente reconocido como un ilustrado universal del balompié (y no digamos nada del mundo empresarial). Vaya tela.

A ver cómo te lo explico, Alejandro, y perdón por el tuteo: por mucho que pintes mariposas en el aire, tu gesto traicionero de agosto de 2016 no fue otra cosa que regresar al Decano de la mano de quien casi mató al Recre. No hay más historia que ésa, no le des más vueltas. Y, en tu regreso, te recuerdo, viniste sin que te quisiera el que ya era propietario real del club (el Ayuntamiento), sin que te quisiera la afición (que valoró mucho lo que hiciste la temporada anterior y que te acogió muy respetuosamente tras tu sorprendente vuelta) y que, ni siquiera, te querían los jugadores; así te lo dijeron ellos a la cara y así nos consta a todos. Y te pusiste al frente del equipo haciéndole, por cierto, una jugada lamentable a un compañero de profesión que, hasta hoy, ha mostrado mil veces más clase e integridad que otros, y no quiero señalar a nadie. ¿Quién va a dar aquí lecciones a quién?

A ti te cesaron varios malos resultados encadenados pese a tener una plantilla "para hacer cosas muy bonitas", según tú mismo habías asegurado. Además, deberías haber dado las gracias porque lo normal hubiera sido que ni la grada ni los de los despachos te hubieran soportado ni una milésima cuando ya los segundos tuvieron mando en plaza. Pudieron (y ahora se confirma que debieron) ponerte de patitas en la calle nada más acceder al sillón porque ellos, te recuerdo, junto a miles de personas, también lucharon contra el que fue tu cómplice en el regreso. Las milongas, para el 'heroico gestor' y para su circo de amigos, que seguro que ellos te entienden y comprenden; para la señorial afición decana y sus dirigentes, no. Ahí pinchas en hueso, Alejandro, créeme, que estamos bien vacunados.

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