Análisis

José Ángel González

Tiempo al tiempo

Con la Administración pública habrá que tener paciencia si no se tiene dinero

El Recreativo de Huelva está en pleno proceso de restauración y no conviene hacer juicios de valor sobre lo que está proyectado hasta que no tengamos los cimientos mínimamente colocados. El club decano viene de donde viene, que a nadie se le olvide, y tiene un lastre económico que será difícil de saldar. Sin embargo, hay que reconocer al actual dueño y al consejo de administración que han dibujado un plano sostenible que necesita tiempo para su ejecución.

La paciencia que se reclama no es gratuita. Es aquella que tiene una razón de ser porque hay que reconstruir todo lo derribado por el anterior dueño. Atrás han ido quedando muchas víctimas, daños colaterales, agujeros negros e infinidad de dudas. Y por delante hay un itinerario que tiene su primera parada en Hacienda.

Con la Administración pública habrá que tener paciencia si no se tiene dinero. El tiempo, que corre inexorable en contra del Recre, no es ahora un tiempo perdido. Las negociaciones no son ni serán fáciles pero habrá que afrontarlas con la garantía de que llegará un día en que las condiciones para la subsistencia queden fijadas y se pueda ejercer el siguiente movimiento.

Hasta el momento, por lo que ha ocurrido con otros clubes deudores con Hacienda, siempre ha habido que responder con dinero para firmar el convenio singular. Y será el tiempo, una vez iniciados los contactos, los que digan cuánto y cómo hay que depositarlo. Entonces, habrá que seguir reconstruyendo la institución, buscando la financiación necesaria para seguir con la casa. Nunca comenzar por el tejado fue una opción viable y menos en este Recreativo que es una casa en ruinas.

Es lógico que los aficionados estemos ávidos de conocer la buena nueva, pero tiempo al tiempo.

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