Huelva ganará. Pablo Comas perdió esta batalla hace mucho tiempo. Tiene a una ciudad enfrente y cualquier paso que intente en lugar de debilitar al recreativismo, lo fortalece. Huelva cierra filas ante las zancadillas y el torpedeo externo, ya puedan venir de Madrid o de Gines. Este club simboliza la identidad de un pueblo y saldrá adelante. Hoy Pavón es más fuerte que ayer en la grada, donde además de entrenador ya es una víctima más. El recreativismo se revuelve con rabia, pero responderá una vez más para remar a brazo partido.

El camino que Huelva inició hace 15 meses cuando se lanzó a la calle para dejar claro que nadie podría acabar con su Recre está siendo más duro de lo esperado. No hay día que no sorprenda un nuevo susto albiazul (de los que sabemos y de los que se tragan los que mantienen desde dentro a flote la nave), pero el final será dulce. El resultado justificará los sufrimientos y los sinsabores. El bloqueo a Pavón del viernes no fue más que uno de los últimos estertores de un pasado sobre cuyas cenizas resurgirá el abuelo. Una denuncia anterior que da la cara precisamente ahora... Algo huele a podrido en Dinamarca.

Ante eso sólo cabe una respuesta: unidad. Cada semana en el césped para superar el vital escollo deportivo que permita eludir la Tercera División y fuera de él alrededor de un consejo que tiene el mandato claro de salvaguardar la herencia de todos. Se avecinan pasos más duros, decisiones complicadas e impopulares y en ocasiones acciones difíciles de encajar. También entonces tendrá que responder Huelva con responsabilidad y comprensión. El Decano quedó tocado de muerte, pero vive. La podredrumbre que corroe gran parte de su cuerpo sanará y de la extirpación de sus órganos brotarán otros nuevos más fuertes. Entonces, al mirar atrás podrá sentirse orgulloso de quienes hoy están a su lado.

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