Análisis

José Ángel González

Hacer que siga vivo aunque esté muerto

Prefiero que el Decano esté en las manos de Gabriel Cruz que en las de Pablo Comas

El club Decano parece estar en un callejón sin salida. El bloqueo deportivo del equipo sobre el terreno de juego es total y partido a partido se mantiene sobre el terreno de juego con la esperanza de que algún día le cambie la suerte. El bloqueo financiero es aún más acuciante y vital. La nula posibilidad de acuerdo con Hacienda, si no se abona lo que demandan, y el embargo actual de las cuentas del Recreativo de Huelva, hacen imposible que se puedan afrontar los próximos pagos en la entidad. Además, los trabajadores se ponen en huelga indefinida porque agotaron la paciencia con este consejo de administración, esa que habían estirado hasta la extenuación con el anterior dueño, porque en casa hay que seguir comiendo. Y con la afición impaciente, hastiada, y gran parte de la ciudad puesta de perfil ante la situación que vive el Decano, la situación es muy crítica.

Visto lo visto en el Recreativo actual, sin compradores definidos ni decididos a dar el paso, sin vías negociables a día de hoy con los acreedores, sin margen de maniobra para el consejo de administración ni en lo económico ni en lo deportivo, lo único que podemos hacer es que siga vivo aunque esté muerto.

Y aun así hay lugar para la esperanza porque, pese a todo lo malo, hay seis mil aficionados que siguen yendo al campo, el Recreativo sigue abriendo puertas, el Decano sigue despertando cariños y el club más antiguo de España lo sigue siendo, aunque haya quienes intenten robarle la identidad.

Llegados a este punto, confío en que el dueño actual del club pueda obrar el milagro. Y aunque dudo de casi todo, como Descartes, no dudo en que prefiero que el Recreativo esté en manos de Gabriel Cruz que en las de Pablo Comas. Hasta ahí podíamos llegar.

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