Un año más volvemos a asistir a una controversia, que digamos, viene siendo ya costumbre en Cuaresma, y no es otra que la conveniencia o la falta de ella de que la Hermandad del Nazareno realice o no la Carrera Oficial. Y este año, el conflicto en cuestión se ha dirimido con la petición de una dispensa al Obispado para ser eximido de ese paso por la misma.

Sin ánimo de opinar sobre si al día de hoy, con las circunstancias existentes, puede o no ser adecuado su paso por la Carrera Oficial, podríamos hacer un pequeño análisis de la situación creada, situación de indeterminación que debería zanjarse en uno u otro sentido con la aceptación por parte de todos los intervinientes de la decisión que se entendiera definitiva. Pasando a este análisis, podríamos, por ejemplo, entre numerosas consideraciones, examinar:

La falta de seguridad alegada por la Hermandad del Nazareno, ¿la podemos entender como cierta? Según se dice por el Consejo, la existente es la misma que en el resto de las jornadas. Al respecto, también hay quien opina que aunque esta sea menor, puede ser normal, debido a la menor existencia de gente en las calles a esas horas. Se habla de que al paso por la Carrera Oficial de la hermandad, lo que se encuentran en la misma son grupos de jóvenes haciendo botellones. Si los disturbios que estos causan son de entidad considerable. ¿No hubiera sido adecuada en uno de estos años precedentes la actuación policial? O, ¿es que no revisten tal gravedad y no se necesita de la misma? O, ¿es que lo único que se pretende por la hermandad es, que ante la falta de público a esas horas intermedias, el evitar los espacios mayores porque los mismos dan sensación de mayor desarropo?

Debido a su no paso por la Carrera Oficial, ¿se podría alegar por cualquier abonado de los palcos un incumplimiento contractual o cumplimiento parcial por parte del Consejo, ya que lo ofertado no se corresponde con la realidad que va a existir? Pues entiendo que podría llegarse a ello, ya que no será un caso de fuerza mayor o sobrevenida, el ejemplo supremo es la lluvia, el que no ha permitido su paso.

Una vez cerrados los itinerarios, estos, entiendo, se han debido comunicar a las entidades correspondientes a fin de que se tomen las medidas adecuadas para el tránsito de las hermandades por las calles determinadas en los respectivos itinerarios y a nada de tiempo vista, ese itinerario de la hermandad del Nazareno se cambia. ¿Se faculta con ello a que otras hermandades en estos últimos momentos también varíen las calles por las que van a transitar? Pues creo que tendríamos que volver a concluir que lo que viene sucediendo con la hermandad del Nazareno es un precedente para ello.

Sobre la petición de esa dispensa, una vez pronunciado el Consejo sobre su paso, ¿se abre la veda para que otras hermandades, sobre cualquier situación relativa a ellas, con la que no se muestren conformes tras votación del Consejo, acudan a Palacio en busca de una dispensa para esa determinada situación? Podríamos volver a concluir que sí sería un germen para que esto ocurriera. Y, ¿si se extendiera la tendencia?, al final ¿podríamos o tendríamos que plantearnos la validez del Consejo de Hermandades y Cofradías?

Con estos cuestionamientos, que probablemente puedan parecer exagerados, lo que quiero dar a entender es que se pueden estar sentando precedentes nada recomendables para el sistema creado, en el cual, a pesar de disidencias, al final se debe acatar lo acordado y el consenso alcanzado ha de ser el fruto del auténtico estudio de los diferentes intereses creados.

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