En cada año que comienza uno apela a los nuevos y buenos propósitos. Diferentes rituales, pero el fondo es el mismo, para todos. Si has tenido un buen año pides que se repita. De lo contrario acudes a la retahíla de peticiones. Comenzando por la salud, siguiendo por el trabajo y acabando por la felicidad. Sin lo primero no hay nada. Así que establecido el orden de prioridades, vayamos con los siguientes asuntos, los que vendrían después. Y haciendo parada y fonda en los recreativistas, las peticiones para el año que comienza serían algo así como que el equipo salve la categoría, que se arregle el tema económico, que se venda el club, que llegue la paz y que un día de estos, o año, vuelva a reverdecer laureles, aunque tal cual la situación, eso queda ahora lejano.

El caso es que por enésima vez en los últimos años, los incondicionales del Decano viven en el sinvivir, por lo que la lista de peticiones es larga, casi tan extensa como una vida entera. Para que llegue la paz, la ilusión, para que sólo se pueda pensar en el fútbol, hará falta todo lo que ya sabemos. Pero es imprescindible que los que tienen que tomar las decisiones hayan hecho análisis exacto de lo que se precisa. Porque después de varios meses y con la frontera de la finalización del periodo de fichajes en la cuenta atrás, habrá que correr para liberar derechos federativos para poder reforzar un plantel que no tiene pinta de mejora inmediata.

Dicen desde el club que van a intentar convencer a los jugadores que retiren la denuncia para poder fichar. Y digo yo. Los que tengan que salir para que lleguen jugadores nuevos, ¿van a retirar la denuncia? Año nuevo, vida nueva, dicen. El Recre amanece igual que se fue. Y el domingo regresa la Liga y es como si no hubiera pasado nada.

Salud para todos, trabajo y felicidad. También para el Recre en la misma línea y orden. Si el equipo compite habrá salud. Si el dueño del club arregla el asunto habrá trabajo. Con respecto a la felicidad que cada cual la pinte del color que estime oportuno. Yo, si me lo permiten, la pintaré de azul y blanco. Del verde esperanza ya hablaremos otro día.

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