José Luis Gómez fue ayer el protagonista absoluto del comienzo de Latitudes Festival Internacional de Fotografía de Huelva. Lo hizo como actor y director teatral, hombre de la cultura sin igual y, sobre todo, por su "extraordinaria utilización de la palabra" en los escenarios. Todo ello le ha hecho acreedor del Premio a la Excelencia Cultural, concedido por la asociación Latitudes 21 en el marco del festival. Un homenaje sincero a quien ha elevado a cotas superiores el teatro, en España y en Europa, potenciando la tradición oral que dio lugar a obras imperecederas durante siglos.

El hecho de que José Luis Gómez sea onubense pasa a un segundo plano. Lo subrayó el responsable de Latitudes, José Luis Ruiz, para que no hubiese lugar a la confusión: "No se le da el premio por ser de Huelva y amigo, sino porque realmente lo merece. A nivel español y europeo, es uno de los hombres más importantes de un momento que dura ya muchos años".

Pero el acto de ayer no pudo esquivar la procedencia del actor. Hubo más de una referencia a sus inicios de los años 60 en la capital onubense, aportada por el propio José Luis Ruiz, amigo desde la infancia, y por el periodista Vicente Quiroga, quien compartió escenario en la ciudad cuando una incipiente vocación se reflejaba en la meticulosidad con la que preparaba los trabajos de aficionados. "Es el actor más preparado del teatro español. Una figura disciplinada como no se ve en otros actores que triunfan", destacó.

Quiroga y el también periodista Rafael Terán realizaron un coloquio con el propio José Luis Gómez en el que desgranaron parte de su trayectoria. Tampoco faltaron detalles personales, como la confesión del actor sobre la conversación, vía telefónica, con su padre, desde Alemania, cuando le dijo que quería dedicarse a la interpretación teatral: "Si es tu decisión, es cosa tuya. No te voy a apoyar, pero si algún día necesitas algo, aquí estoy", le replicó su padre entonces.

"Nunca he trabajado para comer ni para ganar dinero. He trabajado siempre por algo que me apasionaba y que me parecía digno para meterme en ello", explicó José Luis Gómez. Y en este sentido hizo referencia al momento en que aceptó la propuesta de dirigir el Centro Dramático Nacional por consejo del mítico Lee Strasberg, con quien se formaba en Estados Unidos: "Me dijo que cuando un actor tiene trabajo, trabaja, y cuando no lo tiene, estudia. Dicho eso, le hice caso y lo dejé para venirme a España".

También relató su salida de ese cargo, junto a Nuria Espert, "por intervenciones políticas", y su posterior llegada, y salida del mismo modo, del Teatro Español. Hasta la fundación del Teatro La Abadía, en Madrid, en 1995, cuando se planteaba dejar España de nuevo para instalarse en París. ¿Es ésta su gran obra? "Sin duda", reconoció rápidamente. "Estaba en un momento de mi vida en el que me preguntaba qué seguir haciendo. Quería aportar algo al teatro español más allá de mi trabajo como actor y director. Quería transmitir todo lo que he ido aprendiendo. Porque al mismo tiempo que se aprende, hay que regurgitar todo y transmitirlo", explicó.

José Luis Gómez recibió como galardón la escultura de Pepe Noja que simboliza "la fortaleza del océano y la firmeza del acero, que se pretende enraice en la cultura", anotó Ruiz. "Es un inmenso honor entregar este tercer premio Latitudes a José Luis, en un día histórico para los onubenses por homenajear a un paisano", aseguró el presidente de la asociación cultural.

El acto finalizó con la lectura de un extracto de El cantar del mío Cid, que el actor onubense representará hoy de forma íntegra en Trigueros, en el Centro Cultural Harina de otro costal a partir de las 20:00. Este recital forma parte del proyecto teatral La RAE sale a escena: Cómicos de la lengua, que, dirigido por José Luis Gómez, se incluye en las actividades conmemorativas del tercer centenario de la Real Academia Española.