Le conmovió y aterrorizó como a la mayoría de españoles, pero a Mercedes, además, el 11-M le cambió la vida. A partir de entonces sabía que no iba a seguir viviendo en el madrileño barrio de Vallecas y que sus dos hijos no iban a coger más el cercanías que por última vez vio arder por su ventana. "Me asusté mucho y empecé a ser consciente del miedo que tenía, que me iría de Madrid". Ella conocía Huelva desde pequeña y el recuerdo que tenía de esta ciudad, como un lugar "tranquilo, pequeño y de gente amable", no le hizo dudar. Convenció a su familia y no tardó en llegar hasta Huelva.

De eso hacen casi cuatro años y ahora tiene claro que no dejará esta ciudad "ni a patadas". Mercedes llegaba del mundo de la hostelería y al llegar a la capital tenía claro que iba a montar su propio negocio. "Tuve suerte, encontré un local a buen precio y una gente encantadora".

Lleva tres años a cargo del restaurante 'La Caña', donde trabaja junto a su marido, Nacho. En este tiempo ha conseguido que los onubenses no se resistan a platos tan típicos de la gastronomía madrileña como el cocido o los callos a la madrileña, que triunfan tanto como uno de los grandes protagonistas de su carta, los huevos rotos. Platos a los que además se han sumado con el paso del tiempo las carnes de la tierra, "que no conocía, pero que son extraordinarias", y los pescados de la Costa, "extraordinarios". Tampoco faltan ya en su carta especialidades tan onubenses como las habas con choco o las habas enzapatás.

Como al resto de empresarios del sector que llevan su propio negocio, a Mercedes le queda poco tiempo para dedicarse a lo que más le gusta, pasear por la playa y disfrutar del paisaje que tiene la provincia. "Es impresionante la Sierra, Doñana. Son lugares de los que los onubenses deberían proteger y de los que deberían sentirse muy orgullosos", comenta con una sonrisa y con esa alegría tan típica en ella, que ha conseguido que los clientes no se piensen dos veces volver a disfrutar de su restaurante.