Fila siete

Del 'tebeo' a la pantalla

Tercera película en la que actores y actrices de carne y hueso encarnan a los personajes creados para el cómic por René Goscinny y Albert Uderzo, si bien literalmente no estamos ante una adaptación del álbum original sino en una libre versión dispuesta para el gran espectáculo o, más bien diría, gran guiñol con todos los pronunciamientos hiperbólicos y exagerados que suelen inspirar estos despliegues épicos de un ambiente romano que le ha servido siempre para caldo de cultivo de la comedia más grotesca, en el que, necesario es reconocerlo, entre tanta parafernalia cómica y desmesurada, no faltan los pasajes ocurrentes y a veces ingeniosos, en los que es fácil advertir la chispa original. Desde los primeros momentos los realizadores Frédéric Forestier y Thomas Langmann se han apresurado a transcribir con agudeza la historieta que inicia el relato para articular con desenvoltura un asunto amoroso, cuando en esta ocasión una vez más los galos han de combatir con los romanos para ayudar al joven Alafolix, que rivaliza con el hijo del César, por conquistar a la bella princesa Irina, de la que está perdidamente enamorado. En esta ocasión la contienda no se librará en el campo de batalla sino en el estadio donde se celebran los Juegos Olímpicos y en la que competirán los aspirantes a conseguir la mano de la princesa. Junto al contendiente galo para superar la prueba estarán los protagonistas de la historia y un plantel de deportistas famosos. Esta es la oportunidad que han aprovechado con buena vista comercial los astutos productores, que puede ampliar la presencia de muchos espectadores, al incluir en las actuaciones estelares la participación de figuras del deporte tan famosas como el futbolista Zinedine Zidane, el piloto automovilístico Michael Shumacher, el baloncestista Tony Parker y la tenista Amélie Mauresmo. Como bien puede pensarse y se comprueba siguiendo las imágenes, hay, al lado del relato clásico de los ingeniosos humoristas, la actualización de muchas circunstancias que cuentan con la complicidad de los espectadores a modo de guiño humorístico que muchos entienden fácilmente.

No puede faltar la actuación del inefable Gérard Depardieu, con su histrionismo consiguiente, esta vez junto a Clovis Cornillac, que ha sustituido al habitual Christian Clavier, y al que han añadido ahora al español Santiago Segura, más el veterano Alain Delon, consciente de su papel en todo momento y con el peso que su participación supone en esta nueva secuela de los famosos héroes galos de la historieta.

Todo para hacer de la divertida epopeya cómica original un espectáculo de pura diversión disparatada.

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