No parece que por el momento ningún título supere la taquilla conseguida por Que se mueran los feos (2009), calificada como la película más taquillera de lo que va de año con una recaudación de 6.690.000 euros, lo cual supone una cantidad bastante considerable para lo que suelen conseguir las películas españolas. Algo que no nos sorprende dado el predicamento logrado por el film de Nacho García Velilla que todavía figura en algunas carteleras del país, prueba evidente del éxito logrado entre el público más popular.

Para nada nos extraña el triunfo taquillero de una película con su argumento antiromántico, que sin embargo a su paso por el Festival de Cine Español de Málaga no consiguió distinciones importantes en el Certamen, ni siquiera el apreciado premio del público, quizás el más apetecido por la índole de la película, conformándose con galardones de menor entidad: los del mejor maquillaje y mejor banda sonora.

Sin la calidad y el auténtico interés que nos deparó la anterior realización de Nacho García Velilla, Fuera de carta (2007), que en 2009 constituyera un éxito realmente notable, en el que también coincidía la crítica, en un año que contó con muy buenos resultados de taquilla de nuestra cinematografía con títulos tan comerciales como Fuga de cerebros (2009), que batió todos lo récords de la temporada, Que se mueran los feos contaba, además con los rostros muy televisivos de sus protagonistas Javier Cámara, Carmen Machi, Hugo Silva y Juan Diego, lo cual aumentaba el interés de un público más generalizado que suele sentirse atraído por estos señuelos.

Detrás de esta película se ha clasificado en el orden recaudatorio, Celda 211 (2009), de Daniel Monzón, sin duda el título de más calidad, con diferencia, del cine español del pasado año, que, sin embargo, no alcanzó, según las distribuidoras, más que los 2.818.989 euros, la segunda más taquillera de la temporada. El film, que aumentó el número de espectadores después de sus éxitos en los premios Goya, presentaba un interesante planteamiento que sobre el fondo del amotinamiento carcelario, con la espectacularidad de sus imágenes, nos convierte al héroe en la víctima de una situación límite que tensiona todos los momentos y acrecienta su dramatismo hasta extremos inconcebibles. Una prueba de fuerza escénica que demuestra la potencia visual que Daniel Monzón expresó en esta excelente película.

Otros títulos también muy taquilleros fueron Tensión sexual no resuelta (2009), de Miguel Ángel Lamata, en la línea de otra película de notable popularidad el año anterior como fue Mentiras y gordas (2009) y también con figuras populares de la televisión como Miguel Ángel Muñoz y Amaia Salamanca, que no deja de ser un poderoso atractivo para el público más adolescente, y Planet 51 (2009), dirigida por Jorge Blanco, Javier Abad y Marcos Martínez. Que, dicho sea de paso, pocas veces se ha dado en el cine un trío de realizadores para una sola película.