firmado: mister j.

La sombra es más poderosa

  • Marvel da protagonismo en la nueva etapa de 'Thor' al dios Loki, el díscolo hermano del dios del trueno encarnado en un niño inocente y peligroso a un tiempo

La búsqueda de nuevos (y antiguos) héroes en estos EEUU post 11-S ha devuelto a Los Vengadores su papel estelar en el universo Marvel. Y uno, que a finales de la década de los 90 había dejado de comprar superhéroes, ahíto de tanto mutante, no puede estar más contento. El Capitán América de Steve Englehart y Sal Buscema fue uno de los primeros cómics que me hicieron vibrar, siendo yo un renacuajo, más tarde flipé lo mío con el Hombre de Hierro de David Michelinie, John Romita Jr. y Bob Layton, y luego el Thor de Walter Simonson me devolvió el sentido de la maravilla cuando creí que la tierra no volvería a crecer después de Miller. Vamos, que le tengo cariño a la franquicia.

Y he citado esas tres etapas y esos tres personajes, pero la lista podría hacerse interminable, comenzando con los míticos inicios de la formación, esos épicos e inigualables episodios de Stan Lee y Jack Kirby por los que no pasa, ni pasará, el tiempo. Aunque de lo que se trata aquí no es de ponerse nostálgicos, sino de recomendarles El poderoso Thor: Viaje al misterio o, lo que es lo mismo, la traducción a nuestro idioma de la celebrada y reciente etapa de Journey into Mystery, convertida en serie de culto gracias a la inteligente escritura de Kieron Gillen. Les decía que Los Vengadores vuelven a ser el núcleo de Marvel, y la editorial trata con especial esmero los proyectos de sus personajes principales. Brian Michael Bendis, Ed Brubaker, J. M. Straczynksi, Warren Ellis, Mark Millar o el mismísimo Orson Scott Card son algunos de los guionistas que han devuelto el interés de los lectores en el grupo y sus integrantes, y al ya nutrido conjunto de buenas historietas hay que sumar ahora las de esta singular y sorprendente cabecera, que siempre ha sido casa de Thor y ahora se ha convertido en patio de juegos de su sombra, su díscolo hermano, el dios Loki.

Viaje al misterio viene precedida de una notable acogida crítica, y la promoción quiere comparar ciertos aspectos del tebeo con esa obra magna que es el Sandman de Neil Gaiman. Yo no diría tanto, pues las intenciones de esta y aquella son muy distintas, aunque sí es verdad que ambas series funcionan en ámbitos similares y comparten elementos: elegancia, originalidad, verbosidad, argumentos derivativos y motivos mitológicos. En mi opinión, el trabajo de Gillen tiene más que ver -los viejos del lugar sabrán seguirme- con aquellas leyendas de Asgard que escribiera Alan Zelenetz en la década de los 80, especialmente con la hermosa novela gráfica El estandarte del cuervo, llevada a imágenes por Charles Vess. Hay densidad en estas intrigas de dioses y buenos diálogos, pero no el trabajo de referencialidad tan característico de Gaiman, y hay también asombro y hermosura y un excelente tratamiento tanto de los personajes principales como de los secundarios. Este nuevo Loki, encarnado en un niño, inocente y peligroso a un tiempo, se revela como un magnífico protagonista, opaco, agudo y contradictorio, una nueva clase de antihéroe, que llena las viñetas con su astucia, su falta de escrúpulos y su tenacidad, un poco al estilo del Dr. House, pero en plan fantasía.

En el apartado gráfico, Doug Braithwaite captura y amplifica la mezcla de épica, melancolía, sutileza e intriga doméstica, dándole un sabor muy sabroso a los ambientes y las caracterizaciones, y el resto de artistas, entre los que se incluyen Whilce Portacio y Pasqual Ferry, no desmerecen, lo que ayuda a confeccionar uno de los tebeos Marvel más interesantes y prometedores de los últimos tiempos.

·firmadomisterj.blogspot.com

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