La ruta arqueológica del Parque Moret invita a los onubenses a navegar en la historia de Huelva. Diariamente, usuarios del gran espacio público pasean y practican deporte (ciclismo, tablas de gimnasia, atletismo...) entre yacimientos arqueológicos. Es precisamente el camino arqueológico uno de los atractivos del popularmente denominado Pulmón Verde, una ruta aún inconclusa -no está urbanizado todo el itinerario y faltan por colocar paneles informativos- que aporta temática a la generalizada práctica del senderismo, caminar en medio de la naturaleza siguiendo un itinerario marcado por cinco paradas correspondientes a cinco estructuras tumulares, con el que se pretende poner en valor los yacimientos del parque.

Un camino asfaltado por láminas de pizarra marca al visitante la denominada ruta arqueológica, la estética urbanística distingue este sendero del resto de vías que recorre el Parque Moret. Por el momento sólo hay señalizadas dos de las cinco estructuras tumulares, con lo cual el recorrido se queda reducido a la mitad. Dos grandes carteles informan de los trabajos arqueológicos llevados a cabo en el lugar y los objetos hallados.

Dos carteles complementados en su día por uno de información general, que ha sido objeto de actos vandálicos y ha desaparecido del lugar, de él sólo queda el soporte. En este cartel se explicaba al visitante la importancia de los hallazgos arqueológicos del Parque Moret a la hora de desentrañar la historia de Huelva y las distintas culturas que se han asentado en esta tierra. En ese sentido, se subrayaba que este lugar constituye uno de los símbolos más importantes en el análisis de uno de los periodos más significativos de la Protohistoria del Sur peninsular, el horizonte Tartéssico-Orientalizante, que se hace patente a través de sus manifestaciones funerarias de carácter tumular y principesco.

Es precisamente de estas dos manifestaciones funerarias de las que se da amplia información en la cartelería instalada en el parque. La correspondiente al túmulo 2, denominada la tumba principesca, uno de los referentes de la cultura Tartéssica-Orientalizante de la ciudad. Mediante fotografías se muestra la tumba bajo túmulo encontrada en el lugar. Ésta albergaba en su cámara funeraria ricos ajuares propios de un miembro destacado de la elite social tartéssica: un caldero, un braserillo y un jarro, que se pueden contemplar en el Museo Provincial de Huelva, todos ellos realizados en bronce, con técnicas y motivos típicos de Próximo Oriente, además de cerámicas y ofrendas en forma de alimento para 'el viaje a la otra vida'.

Para la construcción de la tumba, que data de la segunda mitad del siglo VII antes de Cristo, se abrió una fosa en la tierra y una vez incinerado el cuerpo en una pira, situada fuera de la cámara funeraria, se recogieron los restos y se depositaron en su interior con las ofrendas y el ajuar. La tumba se construyó para un único enterramiento.

En cuanto al otro túmulo, el número 1, se trata de una estructura tumular compuesta por muros de arcilla dispuestos de forma radial. Es complicado a partir de las investigaciones realizadas establecer la cronología y funcionalidad de la construcción. No obstante, el contexto en el que se localiza hace presuponer que es funerario. La estructura tumular se caracteriza por la existencia de una serie de muros compuestos por bloques irregulares de arcilla compactada. Asimismo, presenta varias tonalidades que van desde el verde oscuro hasta el amarillo claro, pasando por el anaranjado y el blanquecino. De análisis geológico se deduce que el material empleado para la construcción, concretamente las arcillas, puede provenir del entorno del cabezo de la plaza de toro.

El sendero, 1.398 metros de longitud, es un recorrido por la riqueza arqueológica del Parque Moret.