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Un retrato de las docentes a través del cine

  • La profesora de la Hispalense Felicidad Loscertales coordina 'Profesoras de película'

  • La obra analiza la figura del profesorado tal y como lo muestra la industria

La damisela en apuros que es salvada por su príncipe azul. La madre todoterreno que resuelve cualquier problema familiar sin exigir nada a cambio. La profesora que potencia las cualidades de sus alumnos y queda -como no- en un segunda plano. La femme fatale que lleva al hombre a la perdición. Estos no son más que algunos de los roles que la industria del cine ha adjudicado a la mujer a lo largo de la Historia y que pueden verse fácilmente en cintas para todos los gustos y generaciones: Vivien Leigh en Lo que el viento se llevó (1939), Grace Kelly en Mogambo (1953), Sharon Stone en Instinto básico (1992) o Meryl Streep en Los puentes de Madison (1995).

Precisamente esta última mantiene una conversación durante la cinta con Clint Eastwood -en el papel de reportero del National Geographic- en la que Streep le confiesa que era maestra pero que, desde que se casó, no ejerce la profesión, así sin más. Un diálogo en el que se ve que la protagonista asume el papel de ama de casa, esposa y madre, relegando su etapa docente a un segundo plano. El libro Profesoras de película. Las mujeres docentes vistas por el cine analiza esta cuestión: el papel de las féminas en el cine y, más específicamente, el de la docente.

Los autores sostienen que las féminas tienen papeles estereotipados en un segundo plano

"La mujer como profesora está muy presente en el cine y no lo habíamos dicho o estudiado nunca", afirma Felicidad Loscertales, coordinadora de la obra y profesora emérita de la Universidad de Sevilla en la cátedra de Psicología Social.

Más que una descripción sobre la imagen que proyectan las docentes en el cine, la investigación "denuncia otro caso más de violencia de género del que el cine participa: el de invisibilizar a la mujer", explica Loscertales porque, aunque estadísticamente haya más profesoras "no protagonizan películas sobre temas relacionados con su oficio y, cuando lo hacen, tienen papeles extraordinariamente estereotipados". Un ejemplo de este segundo plano, según la investigadora, es el de Julie Andrews en Sonrisas y lágrimas (1965) al salvar a la familia von Trap de los nazis, enamorada cándidamente del padre de familia y sin que se le otorgue el papel heroico que le pertenece.

"La mujer siempre adopta papeles relativamente maternales como el de Andrews, anteponiendo su familia a cualquier otro anhelo", apostilla Loscertales, quien otorga un valor especial a figuras como la de Anna Sullivan, encarnada en 1962 por Anne Bancroft, por ser "un referente como maestra que convirtió a Hellen Keller, una niña con muchos problemas, en una mujer extraordinaria".

El trabajo de este equipo de docentes ha sido el de analizar el papel de las féminas en la historia del cine y contraponerlo con datos que reflejan la realidad de ser profesora. Loscertales apostilla que, hasta hace relativamente poco tiempo, la industria no ha hablado de "las grandes mujeres que actuaron en áreas como la política, la investigación o la ciencia. Y si lo han hecho, como Meryl Streep en La dama de hierro (2011), se ha recalcado mucho que padeció alzhéimer como una consecuencia directa de la enorme presión que vivió durante su carrera política".

La profesora achaca estos estereotipos a un juego de roles que difícilmente se puede cambiar y que es palpable en la propia industria donde las directoras, productoras o realizadoras brillan por su ausencia. "La figura de la actriz María Galiana, por ejemplo, es un referente porque sigue estando en escena a pesar de los años y del cansancio propio de una trayectoria tan larga", subraya Loscertales, quien a pesar de defender férreamente que los papeles de género han cambiado, apostilla que "no se puede despreciar el rol que han tenido las amas de casa, aunque no se deba volver a ello porque significaría negarse a vivir".

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