Fila siete

Una película para urbanistas

Esta es una película inédita en Huelva, como tantas otras en esa eterna penuria de la cartelera onubense, especialmente cuando se trata de títulos de calidad y muy particularmente cuando se relaciona con films españoles. La peculiaridad de 'En construcción', entre el documental y la ficción, dentro de esa difícil definición en cine entre la propia cinematografía y la realidad, lo evidente es que este título se inscriba con perfecto derecho entre los que se vienen ofreciendo en este ciclo donde se están viendo unas películas de una indiscutible categoría en diversos momentos de la historia de la cinematografía española.

'En construcción', tras la realización de dos títulos que han prestigiado la carrera de José Luis Guerín: 'Innesfree' (1990) y 'Tren de sombras' (1997), es la realización que más se ha elogiado, incluyendo su última película de reciente estreno (no aquí en Huelva), 'En la ciudad de Sylvia' (2007), es una nueva experiencia del director catalán en el terreno del documental después de su "opera prima" que también lo era y en el mismo sentido que 'En construcción'. Su intención entonces, como en el caso que hoy nos ocupa, ha sido la de utilizar el cine para hacer de cualquier realidad trasladada a la pantalla un testimonio de calidad fílmica. Si entonces fue un viaje en el tiempo y en el espacio al territorio mítico de John Ford creado en su película 'El hombre tranquilo' (1952), aquí vuelve a provocar una sensación de verdad en el cine.

Y así nos muestra la historia de la transformación que experimenta un barrio popular de una ciudad europea cualquiera, vista a través de las obras del antiguo Barrio Chino de Barcelona, hoy el Raval. Un entorno degradado con elevados índices de marginalidad, desarraigo, "okupas", bares, prostitución, habitado por inmigrantes y ancianos sin recursos que, pese a las deficientes condiciones de vida es también hogar y lugar de trabajo para muchos.

Como un boceto de lo cotidiano y de la vida laboral que rebosa naturalidad, éste es el resultado de tres años de trabajo minucioso y paciente, los mismos que duró la construcción de un gran edificio de viviendas a costa de las viejas casas que fueron demolidas. La cámara objetiva se ha acercado a diversas fases de ese proceso y ha visto y oído muchas cosas. Se sigue el curso de los acontecimientos y se escuchan los comentarios de los obreros y los vecinos, durante la edificación que va a alterar sensiblemente la fisonomía urbana y su paisaje. Es aquí donde el espectador se plantea adonde llegan los límites del documental y donde empiezan los elementos de la ficción. Las imágenes, más que documentar la realidad, lo que hacen es dignificar a quienes aparecen en la pantalla.

En este punto la película nos invita a una reflexión sobre la transformación del espacio a partir de un barrio de arraigada personalidad catalana que se va a convertir en un modelo de urbanización globalizada. Las imágenes entonces resultan de una verdad más apetecible que la ofrecida por el mundo real. El largo "travelling" final con esa pareja que parece ir a ninguna parte, resulta de una estética realmente emotiva y vibrante.

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