Cultura

El motorista fantasma

CineBox Aqualon Puerto Huelva, CineVip Lepe, El Condado Cinemas 7 y Al Andalus Punta Umbría.- Producción: Estados Unidos, 2012.- T.O.: 'Ghost Rider: Spirit of vengeance'.- Duración: 96 minutos.- Dirección: Mark Neveldine y Brian Taylor.- Guión: Scott M Gimple y Seth Hofmman basado en el argumento de David S. Goyer a partir de los personajes creados en el cómic de la Marvel.- Fotografía: Brandon Trost.- Música: David Sardy.- Montaje: Brian Berdan.- Intérpretes: Nicolas Cage, Idris Elba, Ciarán Hinds, Violante Placido, Johnny Whitworth, Fergus Riordan, Christopher Lambert, Anthony Head

La Marvel sigue explotando los famosos héroes y personajes de sus popularísimos cómics. Los reitera una y otra vez en nuevos argumentos, como viene haciendo últimamente. En ello se basa esta nueva versión o secuela de aquella primera película vista en 2007, Ghost rider: El motorista fantasma (2006), dirigida por Mark Steven Johnson. Ahora dos directores, Mark Neveldine y Brian Taylor retoman el personaje para una nueva vuelta de tuerca sobre sus desenfrenadas aventuras motorizadas.

Volvemos al mundo de la Marvel Cómics con otro de sus héroes, aunque no sea de los más famosos, la superestrella de las acrobacias en moto, Johnny Blaze, que hizo un pacto con el diablo para proteger a sus seres más queridos. No es de extrañar que siendo el protagonista, Nicolas Cage, un conocido aficionado a las motos y los cómics, haya hecho todo lo posible por dar vida a esta figura de las viñetas o tebeos, como decimos nosotros, una especie de motero satánico que no le pega ni de lejos. La película está ambientada dos años después de la primera. Nuevamente Nicolas Cage encarna a este atormentado motero, Johnny Blaze, especie de diabólico alter ego, que lleva una doble vida y se esconde del mundo entero luchando contra la maldición de ser el cazar recompensas del mismísimo diablo. Buscando una solución para tan terrible dilema Johnny lo arriesga todo uniendo sus fuerzas con Moreau, que rige el Monasterio de Michael y es el líder de los monjes rebeldes. A petición de una mujer llamada Nadya, tratarán de salvar a su hijo, Danny, del poder maléfico de un ser siniestro, Blakou. Con ello escapará de su propia condena. En la película anterior, como recordarán quienes la vieron, el diablo, llamado Mephisto lo encarnaba Peter Fonda. A éste no le gustó el nuevo guión y rehusó el papel, que ahora interpreta Ciarán Hinds, en el personaje satánico llamado aquí Roarke, que adopta diversos tipos igualmente despreciables.

Vuelven a trabajar juntos en la dirección Mark Neveldine y Brian Taylor, que ya lo hicieron en Crank (2006), repitieron en su secuela, Crank 2: Alto voltaje y se juntaron otra vez para dirigir Gamer, como la anterior producida en 2009. En esta cuarta película nos demuestran su identificación con las acciones de elevada tensión expresiva, los acrobáticos giros de cámara, el estilo provocativo, además de la proliferación de efectos especiales que aquí acrecientan ostensible y espectacularmente las tres dimensiones.

En fin, no podría esperarse menos poniendo estos personajes, ya de por sí extremados, en manos de estos directores acostumbrados a la ferocidad visual para seguidores de la acción salvaje y abrasiva. Como tal así ha sido desfavorablemente acogida por la crítica estadounidense. Aquí correrá la misma suerte.

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