Cultura

El hombre más buscado

CineBox Aqualon Puerto Huelva, CineVip Lepe, El Condado Cinemas 7 y Al Andalus Punta Umbría.- T.O.: 'Total Recall'.- Producción: Estados Unidos, 2012.- Duración: 131 minutos.- Dirección: Len Wiseman.- Guión: Mark Bomback y Kurt Wimmer basado en el relato corto de Philip K. Dick.- Fotografía: Paul Cameron.- Música: Harry Gregson-Williams.- Montaje: Christian Wagner.- Intérpretes: Colin Farrell, Kate Beckinsale, Jessica Biel, Bryan Cranston, Bill Nighy, John Cho.

Quien me lea, favor que le agradezco encarecidamente, dirá que me repito. No le falta razón. Pero a ello me obliga esta continuada reiteración de temas que nos traen los continuos remakes, las nuevas versiones, las secuelas, las continuaciones y hasta las precuelas, reboots o reinicio, como ahora los llamamos. La falta de imaginación de los supuestos creadores de cine, nos han conducido a este marasmo de repeticiones continuas. Y así nos llega esta nueva visión del Desafío total, que en 1990 dirigiera un notable realizador holandés, hoy trascendido a la órbita internacional desde la proyección universal de Hollywood: Paul Verhoeven. Arnold Schwarzenegger y Sharon Stone fueron sus protagonistas.

Len Wiseman ha tomado el breve relato futurista original de Philip K. Dick, Podemos recordarlo todo por usted, como en su día lo hiciera Verhoeven (en una versión muy libre por cierto), para convertirlo, con bastante fidelidad al texto original, en una historia donde predominan las espectaculares escenas de acción. Decía el director que se alinea en el estilo de Blade Runner (1982), de Ridley Scott, como "una parábola sobre la realidad y la ficción, no sólo la del film sino la de nuestro mundo hoy mismo".

La trama no difiere básicamente de lo que muchos espectadores de los noventa vieron en aquel Desafío total. Doug Quaid, el protagonista, que interpreta Colin Farrell, es un trabajador felizmente casado con Lori, que encarna Kate Beckinsale, que vive en un mundo dividido en diversas corporaciones. Hastiado de una vida frustrada, decide comprometerse en una aventura mental. La de una experiencia como un superespía llamado, Hauser, parece lo más oportuno. Cuando el experimento falla, Quaid se convierte en el hombre más buscado. Obligado a huir de la policía a las órdenes del dictador Cohaagen, no podrá confiar en nadie salvo en Melina, amante en otro tiempo de Quaid, miembro de los rebeldes que trabaja para el jefe de la resistencia.

Ficción y realidad se confunden en la peripecia de Quaid, protagonista de una visión muy politizada si la comparamos con su precedente, ya que estamos en el enfrentamiento de dos ámbitos enfrentados: los dominadores y dominados. Más allá de toda enojosa comparación la diferencia entre aquella y ésta no es más que una distinta contemplación del poder omnímodo y manipulador de las grandes corporaciones que dominan el mundo. Contemplado desde una perspectiva real en el caso de Verhoeven, ahora Wiseman lo plantea desde una distopia futurista que en nada varía las características de un sistema absolutamente dominador. En todo caso sigo prefiriendo la posición del primero desde cualquier punto de vista.

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