Fila siete

El gran milagro

CineBox Aqualon Puerto Huelva.- T. O.: "Big miracle: Everybody loves whales".- Producción: Estados Unidos, 2012.- Duración: 109 minutos.- Dirección: Ken Kwapis.- Guión: Jack Amiel y Michael Begler basado en el libro "Freeing the whales", de Tom Rose.- Fotografía: John Bailey.- Música: Cliff Eidelman.- Montaje: Cara Silverman.- Intérpretes: Drew Barrymore, John Krasinski, Ted Danson, Kristen Bell, Dermot Mulroney, Vinessa Shaw, Tim Blake Nelson, Stephen Root

El gran milagro, con lo que encabezo la crítica, es el inicio del título original de esta película Big miracle, que a partir de la adaptación del libro Freeing the whales (literalmente Liberando las ballenas), se basa en hechos reales. Estamos ante un nuevo alegato ecológico en la salvación de las ballenas, en este caso unos cetáceos de color gris, cuya aventura, sigamos la denominación del film, protagonizan un periodista de una pequeña localidad norteamericana, interpretado por John Krasinski, y una voluntaria de Greenpeace, que encarna Drew Barrymore. Ellos con activistas de otras naciones, incluso rivales, se unen para proteger a una familia de estos enormes mamíferos marinos.

Ésta es realmente la aventura de Rachel Kramer, a la que da vida en la pantalla, una voluntariosa activista de Greenpeace cuyo máximo empeño reside en lograr la supervivencia de una familia de esplendorosas ballenas grises atrapadas cerca de la costa norte de Alaska, entre los hielos del Círculo Polar Ártico. En realidad estamos ante una historia real que sucedió en los años ochenta. Con Rachel está un periodista, reportero de un canal local de televisión, quien no duda en desplazarse al lugar para conseguir lo que va a ser la gran primicia de su vida como informador. Otros colegas, ávidos de lograr esa misma preferencia mediática, así como otras personalidades más poderosas van a conjuntarse desde distintos puntos de vista y propósitos en este salvamento de tan preciados cetáceos. Es una causa común en la que intervienen incluso países enfrentados.

Es evidente que estamos ante ese tipo de cine que en su afán ejemplarizante lleva más allá sus buenas intenciones por encima de sus capacidades y logros cinematográficos o simplemente artísticos. A Una aventura extraordinaria le pasa algo de eso, aunque en el fondo juega su papel de modelo ecológico como reproducción de unos hechos que premian el esfuerzo y la buena voluntad de los defensores de una especie en peligro como son las ballenas. En ese sentido esta película logra sus objetivos en la seguridad de encontrar un público, especialmente en fines de semana, al que gustan este tipo de heroicidades protagonizadas por los defensores de los animales.

El director, Ken Kwapis, no ha ido más allá de la línea clásica de estos relatos, donde no hay demasiada tensión ni un relieve cinematográfico muy destacado pero se abunda en esos pasajes entre románticos, dramáticos o melodramáticos que se agradecen por parte de un público complaciente. Junto a la apropiada fotografía y momentos de gran belleza de los espacios marinos, la inevitable utilización de efectos digitales, animatrónics y otros insertos imprescindibles.

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