Cultura

Un gran espectáculo visual

CineVip Lepe.- T.O.: Cirque du soleil: Worlds away.- Producción: Estados Unidos, 2012.- Duración: 91 minutos.- Dirección y guión: Andrew Adamson.- Fotografía: Brett Turnbull.- Música: Benoit Jutras.- Montaje: Sim Evan-Jones y Dirk Westervelt.- Direccfión artística: Guy Barnes.- Intérpretes: Documental

Teniendo a James Cameron entre los productores ejecutivos y a Andrew Adamson como guionista y director, uno ha de sentir curiosidad en principio por esta visión cinematográfica en tres dimensiones de ese gran espectáculo que es en sus escenarios naturales y en esta proyección visual tridimensional, el famoso Circo del Sol. Llegada la película con cierto retraso es un acontecimiento fílmico que nunca pierde actualidad. Y es que cuanto nos brinda esta película constituye toda una delicia de cautivadora y emotiva belleza. El predicamento que en cuantas actuaciones ha conseguido en sus innumerables y llamativas exhibiciones en todo el mundo, se sustancia aquí a partir del viaje que lleva a cabo uno de sus personajes.

Andrew Adamson, director de Shrek (2001) y su segunda parte en 2004, destacó con su realización de Las crónicas de Narnia: el león, la bruja y el armario (2005), basada en el libro de C. S. Lewis, a la que siguió con igual éxito Las crónicas de Narnia: El Príncipe Caspian (2008), consigue con esta visión de El Circo del Sol una puesta en escena sensacional por la vistosidad de los intérpretes, sus movimientos, su dominio del escenario y la fascinación de sus ejecuciones circenses y coreográficas. Para los que no conozcan estas llamativas actuaciones e incluso para quienes hayan tenido la suerte de verlas, esta visión cinematográfica realzada por el 3D es siempre atractiva y estimulante.

Espectáculo de luz y sonido no solo entretiene sino que entusiasmará a cualquier espectador. Al entretenimiento que la dinámica sucesión de los números circenses y sus innumerables movimientos ofrece por parte de los integrantes de tan amplio elenco, se une el poder fascinante de su sincronizada coreografía y sus homenajes musicales, entre los que destacan los dedicados a Elvis Presley y The Beatles. El espectador advertirá en muchas ocasiones a lo largo de la proyección que no está solo ante un documental producto de una extensa grabación sino de una realización bien planteada con ingredientes absolutamente cinematográficos que componen sus escenas aéreas, acuáticas, coreográficas, acrobáticas y en cualquier actitud gravitatoria, desarrolladas en planos que definen unas cámaras bien situadas y unos encuadres oportunos y extraordinariamente eficaces.

No solo para los amantes del circo, aunque en este caso se trata de actuaciones que van mucho más allá de lo puramente circense, sino para los aficionados al cine en general, esta película de Andrew Adamson, es un poderoso espectáculo visual que encantará a pequeños y mayores.

Quiroga

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