Cultura

El factor humano

CineBox Aqualon Puerto Huelva y Multicines Al Andalus Punta Umbría.- T.O.: 'Invictus'.- Producción: Estados Unidos, 2009.- Duración: 134 minutos.- Dirección: Clint Eastwood.- Guión: Anthony Peckham basado en el libro de John Carlin 'El factor humano'.- Fotografía: Tom Stern.- Música: Kyle Eastwood y Michael Stevens.- Montaje: Joel Cox y Gary D. Roach.- Intérpretes: Morgan Freeman, Matt Damon, Margueritte Wheatley, Patrick Lyster, Matt Stern, Julian Lewis Jones, Penny Downie, Tony Kgoroce

Dicen que fue el actor Morgan Freeman, gran amigo y actor de algunas de las películas de Clint Eastwood, quien recomendó a éste la lectura del libro de John Carlin, El factor humano. No confundir con la novela de igual título de Graham Greene publicada en 1978. Entusiasmado, decidió llevarla a la pantalla como ahora comprobamos. Ya sabemos que Clint Eastwood siempre ha tenido buen tino a la hora de convertir en carne y espíritu cinematográficos a los héroes de verdad o de ficción. Porque a muchos la biografía de Nelson Mandela puede parecerle una leyenda y de hecho lo es, pero también el retrato de una figura estelar en la historia de nuestro mundo más vigente.

Esta es una página prácticamente inédita de la vida política y humana de Nelson Mandela, en 1995 tras ser elegido presidente de la República de Sudáfrica, en la que, entre sus múltiples preocupaciones para poner en marcha su gobierno y la vida del país, afectado por diversos conflictos, entre ellos la superación del apartheid y la conjunción de una sociedad dividida infestada por el rencor y la insatisfacción, toma parte por un deporte que se convierte en enseña nacional, en causa que, inteligentemente utilizada por el mandatario sudafricano, pasa a ser fórmula mágica para identificar voluntades y destinos. Todo ello en el Campeonato Mundial de Rugby del año citado.

No estamos ante un biopic, la denominación práctica de la biografía en el cine, al menos con carácter hagiográfico, que suele adquirir este género, es decir benevolente y favorable al biografiado. Clint Eastwood, con una obra inferior a otras realizaciones suyas, calificadas como obras maestras, deja constancia en la forma en que emprende la visión del protagonista, un regalo precioso para Morgan Freeman, compensación justa a quien le sugirió esta película. Quizás esta visión sea el factor más decisivo para enmarcar el film mucho más allá de esa otra de las hazañas deportivas de los Springboks, el equipo de rugby que se convirtió en causa nacional.

Eastwood, que no disimula su afecto por su protagonista, no por ello deja de expresar, vía biográfica, a través de un capítulo decisivo en la vida de Mandela, una muestra indeleble de una existencia admirable dedicada al sacrificio personal y al esfuerzo vital, político y social. El realizador despliega una vez más su particular semántica narrativa y reconstruye en imágenes sólidas, emotivas muchas de ellas, un sentimiento compartido y generalizado. El film centra con realismo sin posiciones enfáticas una historia de reconciliación, de integración y de voluntad para desterrar prejuicios e intolerancias.

En este sentido Eastwood prodiga secuencias que certifican ese afán de convivencia en los aspectos más candentes en el entorno del presidente Mandela, de cuyos problemas familiares se prescinde con gran discreción, aunque se insinúe su circunstancia y se impongan esfuerzos evidentes en la imposición del perdón sobre la venganza, reflexión a la que se invita a otras sociedades - más cercanas - propensas al revanchismo y la venganza. Insisto: siendo una obra menor en la filmografía esplendorosa de Clint Eastwood, Invictus, brinda destellos admirables de sus virtudes cinematográficas. Eso sí, Morgan Freeman, con su magnífica actuación, junto a Matt Damon, también muy acertado, es su valor más estimable que favorece la estimación de la película.

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