Crítica de Cine

El espíritu vivo de Triana

'todo es de color'

Multicines La Dehesa Islantilla y Cines Aqualon Puerto Huelva.- Producción: España, 2016.- Título original: 'Todo es de color'.- Duración: 93 minutos.- Dirección: Gonzalo García Pelayo.- Guión: Javier García Pelayo, Francisco Millán y Carlos Molinero.- Fotografía: José Enrique Izquierdo.- Música: Triana.- Montaje: Mariluz Domínguez García.- Intérpretes: Javier García Pelayo, Alfonso Sánchez, Ken Applendorn, Natalia Rodríguez, Jorge Cadaval

Ésta es una película que nos rejuvenece, que nos devuelve a una época irrepetible en la música y muy espacialmente a la andaluza en la que Triana. Tiene en su honor la creación de un grupo que en los setenta impuso un estilo personalísimo que popularizado como "rock andaluz", presentando una mezcla de "rock-flamenco" de singular atractivo en los ámbitos de la discografía y los conciertos de la época. El tiempo no ha podido borrar al eco inconfundible de una tendencia musical que ha dejado huella y que no han conseguido diluir ni las modas ni las veleidades musicales de los nuevos tiempos. Por eso Todo es de color es, sobre todo "una película que retrata el rock como forma de vida".

Gonzalo García Pelayo, un hombre polifacético de extraordinaria versatilidad artística que ha sido productor musical, presentador de televisión y radio, crítico televisivo, guionista y director cinematográfico, ha tenido en esta actividad una filmografía genuinamente andaluza que se inició con su primera película, Manuela en 1975, basada en la novela de Manuel Halcón, a la que siguieron Vivir en Sevilla (1978), el mismo año en que dirigió Intercambio de parejas frente al mar, Corridas de alegría (1982) y Rocío y José (1982), cuya acción transcurre en el curso de la peregrinación a la aldea almonteña. Pasarían nada menos que 30 años hasta 2012 en que dirigiera la que hasta ahora era su última película: Alegrías de Cádiz, en la que una vez más dejaría constancia de su cine íntimamente arraigado en Andalucía.

Director de cortometrajes y documentales con ese mismo formato ha emprendido esta experiencia sobre el recuerdo de Triana, con el signo más optimista y desenfadado, grupo con el que estuvo tan profundamente ligado como productor. El día de su presentación en Sevilla decía: "Todas mis películas tienen más de ensayo poético que de narración, en todo caso lo fundamental para mí es capturar el espíritu de Triana". Creo que eso lo ha logrado plenamente el realizador malagueño, porque en su película hay la vivencia emotiva y cálida, el palpitar vivo e imperecedero de sus canciones que forman parte de lo más granado de ese rock con esencias telúricamente andaluza y flamenca lejos del lugar común y del tópico.

Ese espíritu, expresado con la participación popular es todo un homenaje a Jesús de la Rosa, Juan José Palacios Tele y Eduardo Rodríguez Rodway, éste último el único superviviente del trío y que en la película interviene junto a otros que participaron de su espléndido periplo musical y discográfico, figuras populares de ayer y de hoy y del calor popular de numerosos trianeros, ese coro masivo de la Alameda de Hércules de tantos amigos y admiradores, a través de estas imágenes son la mejor y más emocionada invocación a la memoria rockera de tan inolvidable grupo. A cuarenta años de su debut, Triana, Alameda -con nuestro entrañable Pepe Roca- y Medina Azahara, constituyen tres emblemas de significativo e indeleble referente en el "rock andaluz".

Quiroga

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