'Sin embargo, de haber manifestado a esa autoridad repetidas veces ya por escrito... el estado de deterioro en que se halla el local de esta escuela y de lo urgente que se hace su reparación, un deber de conciencia y de caridad me obligan a suplicarle por última vez... mandare reconocer otro local... para evitar los graves perjuicios que hoy sufre la instrucción y la salud de los niños y las tristes consecuencias que puedan sobrevenir'.

Con este último ruego epistolar, el maestro Miguel Mª de la Barrera suplicaba en 1863 un nuevo edificio para poder dar, dignamente, clases a sus alumnos de la escuela Pública de Instrucción Primaria de Almonte.

'La vida de estas inocentes criaturas corren un grave riesgo y su salud se ve expuesta a las consecuencias fatales de la excesiva humedad... llega a formarse a la misma puerta del corral lagunas de agua y fango que les impiden la salida para sus necesidades...' , continúa esta transcripción que pone de relieve y sobre los pupitres la cruda realidad con la que se despertaban cada mañana los alumnos almonteños, -bien se podría extrapolar esta situación escolar a otros pueblos de la provincia-, a mediados y finales del siglo XIX.

Tal curioso documento contextualiza la exposición 'La escuela en el recuerdo', una retrospectiva de los centros educativos del municipio almonteño desde el siglo XVI y de los ciudadanos que formaron parte de ella.

Ciudadanos que cinco siglos después han hecho posible este nostálgico y valioso documento, cediendo para la ocasión imágenes, objetos y muebles antiguos.

'La Escuela en el recuerdo' reúne entre otros objetos, fotografías antiguas del colegio en Almonte. Desde el Ayuntamiento se ha realizado una intensa labor de investigación y de recopilación de datos a través de reuniones con vecinos mayores que han ayudado a identificar a alumnos, maestras y otras personalidades en cada una de las imágenes. En total son cerca de 200 las instantáneas que conforman esta muestra.

Por otra parte, la exposición atesora objetos y libros de la colección privada del maestro jubilado Adriano Gómez, natural de Zalamea La Real e hijo de otro maestro de la II República española. Los objetos de Adriano datan desde el s XIX hasta la actualidad de forma que recorren una buena parte de la historia y la política de este país. Se puede admirar desde una colección de tinteros, hasta pizarrines pasando por libros de texto. Con estos objetos rescatados del pasado, los organizadores de la exposición han recreado una antigua aula. Además, se exponen documentos que datan de hasta el siglo XVI como peticiones de obras municipales en los centros educativos.

Hasta el 14 de junio se podrá ver esta exposición en el Museo de la Villa de la localidad almonteña. Una vez llegada esta fecha, la muestra se trasladará a la aldea de El Rocío y al núcleo costero de Mastalascañas. Los responsables de la exposición han anunciado a este periódico su deseo de convertir la muestra en itinerante por el interés que puede suscitar o tener para otros municipios provinciales.