Cultura

El dramaturgo Jesús Domínguez recibe el homenaje de la cultura local

  • Numeroso público sigue en el bar 1900 un recorrido por la obra del autor y su influencia en el teatro onubense de los últimos 40 años

El teatro onubense no sería el mismo sin la aportación de Jesús Domínguez. Por extensión, la cultura de Huelva, tampoco. Por sí solos son motivos suficientes para rendirle un homenaje al dramaturgo, director y actor. Un homenaje anual, incluso, aunque para eso ya está la Diputación de Huelva, que hace unos años trató de perpetuar su memoria con los premios de textos teatrales que llevan su nombre y, más reciente y puntual, organizó el gran homenaje que se le rindió en las Cocheras del Puerto.

El que se le dedicó anoche tampoco quedó atrás. Sobre todo por venir de un grupo de amigos y compañeros de tablas y por estar celebrado en uno de los foros más populares de la cultura local, también ligado al teatro: el bar 1900.

No pudo estar en persona Jesús Domínguez por enfermedad pero su espíritu no faltó a la cita. Todo cuanto se programó en el acto estaba impregnado de su persona y de su obra. De muchas de sus obras teatrales, entre las que se hizo una selección de textos y escenas, leídas y representadas por un grupo de actores.

También hubo mucho de él en el coloquio inicial que habló del teatro en Huelva en los años 70, por parte de algunos de sus protagonistas, miembros de las compañías La Garrocha, Sarmiento, Corticata y Teatro de las Marismas, que tanto hicieron por su desarrollo. De tantos grupos aficionados que sembraron la provincia de pasión teatral.

De aquella época bien sabe uno de los grandes nombres del teatro onubense, Juan José Oña, participante con una lectura de textos de Jesús Domínguez.

El salón interior del bar 1900 se quedó pequeño. También fue el homenaje de cuantos acudieron a la llamada para dar testimonio de su admiración con su sola presencia. El aforo se completó antes del comienzo del acto, convertido en una cita de amigos y en un encuentro de amantes de la cultura local, con toda la cercanía y el tono amable y entrañable que el propio Jesús Domínguez desprendió siempre. Ni siquiera faltó anoche la música, tan compañera, en la voz de artistas como Joaquín Brito, Nuria Walls o Helga Molina, entre otros.

Durante el homenaje se recordó que Jesús Domínguez no ha sido galardonado con la Medalla de Huelva, ni siquiera con el título de hijo predilecto de la ciudad, pese a reconocerse onubense tras décadas entregado a esta tierra.

Porque a él se le debe uno de los mayores exponentes de la cultura provincial: el Festival de Teatro y Danza Castillo de Niebla, que puso en pie desde la Diputación de Huelva. También de talleres municipales repartidos por toda la provincia, de escuelas y otras iniciativas para la promoción del teatro. Por eso hay mucho que devolverle. Aunque sólo sea reconocimiento a su trabajo y admiración por cuanto ha dado a Huelva.

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