Crítica de Cinefilasiete

Una defensa inútil

'1898: los últimos de filipinas'HHHHH

Multicines La Dehesa Islantilla, Cines Aqualon Puerto Huelva, CineVip Lepe, Al Andalus Punta Umbría y Cines Artesiete Holea Huelva.- Producción: España, 2016.- Duración: 100 minutos.- Dirección: Salvador Calvo.- Guión: Alejandro Hernández.- Fotografía:Álex Catalán.- Música: Roque Baños.- Montaje: Jaime Colís.- Intérpretes: Luis Tosar, Álvaro Cervantes, Javier Gutiérrez, Karra Elejalde, Eduard Fernández, Miguel Herrán, Carlos Hipólito, Ricardo Gómez, Patrcik Criado, Alexandra Masangkay, Maykol Hernández, Pedro Casablanc.

Últimos estertores del imperio español. España había sido derrotada en Cuba, Puerto Rico y Filipinas pero los valientes defensores del sitio de Baler en la isla de Luzón no se habían enterado de ello. A pesar de que los insurgentes tagalos insistieron en comunicarles que la guerra había terminado y que los propios comisionados españoles insistieron en ello, los aguerridos soldados, siguieron soportando el asedio en condiciones infrahumanas y extremas, dispuestos a entregar su vida antes que rendir aquel último reducto del dominio español en aquellos territorios de ultramar, en el curso de un auténtico infierno que duró 337 días de incesante fuego enemigo, el hambre, las enfermedades y la muerte.

No parece comparable esta nueva versión de tan desgraciados acontecimientos de nuestra historia colonial, con la primera que se hizo en 1945, dirigida por Antonio Román. Aquella película participaba de ese espíritu patriótico y de exaltación heroica que caracterizó a tantas producciones de la época, impropias en este caso del momento histórico desastroso que vivía entonces el país. Los aspectos puramente estéticos o cinematográficos requerirían de otro análisis pero no son del caso aunque formen parte de los sucesos que inspiraron ambas películas. En todo caso estos episodios de aquella guerra ponen de manifiesto heridas que tardan en cicatrizar. Muestra de ello son estas películas y, entre otros testimonios, los propios recuerdos del teniente Saturnino Martín Cerezo, que encarna el actor Luis Tosar, responsable en gran parte de la posición irrenunciable de aquel medio centenar de soldados defensores de Baler que prefirieron, según él, "la muerte a la deshonra". Todo ello en el curso de un enfrentamiento sin perspectivas y una defensa inútil ante la implacable realidad de los sucesos bélicos.

Los conceptos sobre los que se basa esta nueva versión son muy distintos a su precedente ya que fundamentalmente estamos ante planteamientos absolutamente antibelicistas, factor que predomina sobre otros principios argumentales, en los que se advierten influencias del género propio de los nuevos tiempos y de las formas de entenderlo para los espectadores actuales. Incluso hay expresiones y actitudes que no parecen corresponder a los modos y maneras de finales del siglo XIX. Hay situaciones tan insólitas como el capitán que se lleva el pero a la guerra, el fraile capellán que fuma opio o el soldado pintor que restaura los frescos de la iglesia en el curso de tan adversa contienda.

Ciertamente la factura de la película es ambiciosa, la puesta en escena presenta momentos de gran brillantez estética, en los que la cámara recrea los bellos paisajes donde transcurren los hechos, especialmente en los planos aéreos, en el desembarco y en otros pasajes del relato. El guión está bien concebido y la realización resulta brillante en general, si bien en ciertos momentos hay una sobrecarga sentimental o melodramática, que contrasta con la dureza y crudo realismo de otras secuencias. Pese a ciertas intermitencias de ritmo en la narración, el realizador, Salvador Calvo, acierta a la hora de armonizar los rasgos heroicos de algunos personajes con lo disparatado de una terrible situación patética e insostenible. Meritoria interpretación y estupenda música de Roque Baños.

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