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Producción: España, 2015.- Duración: 105 minutos.- Dirección: Rodrigo Rivas.- Guión: Julio Rivas y Rodrigo Rivas.- Fotografía: César Pérez.- Música: César López Plaza.- Montaje.- Rodrigo Rivas, Intérpretes: Belén López, Roberto Enriquez, Valentín Paredes, Raquel Infante, Carlos Tristancho, Pablo Bigeriego, Danko Peric, Diego Ramos.

El tema de la crisis económica, de la que aún España no se ha recuperado del todo, no ha tenido apenas incidencia en el cine español, que, no sé cuáles son las causas, ha pasado como sobre ascuas por tan decisiva situación en la sociedad de nuestro país. Cuestiones de gran trascendencia con incidencia en la corrupción y otras acciones venales y delictivas, tan cuantiosas y con grave perjuicio para muchos ciudadanos, no han atraído como podía esperarse su atención. Sobre todo cuando, además, han afectado a las más altas instancias y a todos los partidos políticos apenas sin excepción. Quizás faltaba perspectiva para juzgar los hechos, lo que no ha pasado con respecto a otros asuntos. Por eso llama la atención el film que hoy nos ocupa, como lo hizo en su día Cien años de perdón (2016), de Daniel Calparsoro, salvando las distancias. desde otra perspectiva, incidiendo en una cuestión tan dramáticamente trascendental en la sociedad de nuestro tiempo y a un nivel más localista y por ello de una más inmediata sensibilidad.

Esta película, rodada en escenarios naturales del norte de Extremadura, Cáceres, Plasencia, Hervás y otros lugares, fue galardonada con la Insignia de Cristal, Premio del Público, en el décimo Festival Internacional de Cine Policíaco de Lieja (Bélgica). Es el primer largometraje del director Rodrigo Rivas, que comparte el guión con Julio Rivas. Un relato de intriga, un thriller en el que, como ocurre desgraciadamente en nuestra más palpitante actualidad social y económica los intereses personales tratan de imponerse al interés general. Una actitud que, por lo general, es consecuencia de una amoralidad cada día más patente en la sociedad en la que convivimos.

En este ámbito vital y angustioso de la crisis económica y social se debaten los personajes protagonistas de esta película. Las cosas vienen mal dadas para Alberto, hasta ese momento un próspero industrial de una localidad extremeña. Tanto el Banco, en una actitud inoperante y sospechosa, como los acreedores se le echan encima reclamando el pago de sus elevadas pérdidas y sin posibilidades de hacer frente a tan urgentes pagos. La coacción bancaria y el apremio por parte de su mayor acreedor angustian la vida de Alberto que sufrirá un ictus, quedando prácticamente paralizado y sin habla. A tan graves desdichas no podrá escapar su esposa, Mara, que será víctima de ese acoso y luchará por la defensa de sus propiedades y negocio. Mantiene relaciones con un policía local, casado y con dos hijos, amigo de la familia. Esto complicará la situación cuando los acontecimientos se precipitan hacia un trágico callejón sin salida.

Siguiendo las pautas del thriller y los rasgos clásicos del cine negro, tanto el guión, escrito conjuntamente por Julio Rivas y Rodrigo Rivas, como la dirección de éste, conjugan un relato tenso, una intriga creciente y una narrativa que logra mantener la atención de los espectadores. Algunas situaciones parecen demasiado forzadas y ciertas sobreactuaciones actorales desvirtúan un tanto la intensidad dramática de ciertos pasajes. Pero por lo general tanto el clima como las interpretaciones se ajustan a la pulsión emocional del relato. Digna es de celebrarse la eficaz contribución de las administraciones extremeñas y de otras entidades de la región a favor de esta producción.