Festival de Cine Iberoamericano de Huelva

Más cabeza que culebra

  • Los actores Alfonso Sánchez y Alberto López reciben los Premios Luz por su proyección

  • Su homenaje acaba en un reconocimiento a quienes trabajan cada día por hacer cine andaluz

Candela, la hija de Alberto López, no estuvo anoche en Huelva para ver a su padre recoger el Premio Luz del Iberoamericano. Contó el actor que quisieron evitarle un largo viaje desde Madrid. "No importa, papá, ya cuando sea mayor iré a verte porque tú siempre ganas". Alberto le aclaró ahí a su pequeña que no, que no se trata de ganar: "Papá no compite, papá juega, como contigo, para que la gente sea feliz". Y así, "por el juego, por la luz y por la vida", el intérprete sevillano recogió junto a su "compañero, compadre, hermano" Alfonso Sánchez su estatuilla de cobre de la Fundación Atlantic Copper, faro de este certamen onubense que hizo brillar un poquito más a dos tipos muy normales y auténticos. Como cualquiera de los que les aplaudían en el patio de butacas, con devoción por sus familiares, amigos y compañeros en lo que les gusta, que es su profesión.

Fue Alfonso Sánchez quien dijo por la mañana, en su encuentro con la prensa, que este galardón, más que hacerles creer que se hacen mayores llega cuando "uno ya empieza a creerse que forma parte de este mundillo del cine". "Un orgullo" para quien hace diez años iba a tirar la toalla, pensando en "hacer paellas en El Palmar", antes de que Alberto López se cruzara en su camino y se plantearan hacer su particular "canto del cisne".

Confesó Alfonso, también director y guionista, que el éxito en internet de sus primeros personajes, El Cabesa y El Culebra, hizo que recibieran una oferta de una cadena nacional de televisión para comentar las noticias del corazón. "Creían que éramos canis reales en vez de actores". Lo mismo les pasó con sus alter ego pijas, Rafi y Fali. "Otra locura, aunque por lo menos nos invitaban a cigalas en la Feria".

Pero lo de Alberto López (Sevilla, 1976) y Alfonso Sánchez (Sevilla, 1978) es más cabeza que otra cosa. Ni culebras canis ni rancios sevillanos. Cabeza y corazón. El "tercer compadre", como ellos llaman al escritor, periodista y académico Arturo Pérez Reverte, dijo en una ocasión que "menos mal que de vez en cuando, muy de vez en cuando, en este puñetero país triunfa alguien que merece la pena". El apunte hecho por Alberto no era muestra de soberbia. El de ayer en el escenario era su momento, el de los dos, después de "tantos truños que han tenido que tragarse nuestras familias". "Todo lo que nos ocurre parte del fracaso", aseguró con orgullo Alfonso, ejerciendo en Andalucía esa máxima de emprendedores americanos.

Hace menos de una semana terminaron de rodar la segunda parte de su película El mundo es nuestro, convertida ahora en El mundo es suyo, después de cinco años de pasar por esperpénticas reuniones "con gente muy importante, de mucho dinero"a las que les llevó la búsqueda de financiación.

También lo dijeron por la mañana a la prensa: "El Festival de Huelva, con 43 ediciones, por ser en el sur, además, es un acto heroico que sólo pertenece a la ciudad. Y es de gran valor el apoyo que presta al cine andaluz".

La entrega de los Premios Luz, de hecho, fue con ellos un reconocimiento a los esfuerzos en Andalucía por hacer cine. También al talento andaluz, como se llamó la gala, igual que la sección en la que compiten estos días seis títulos "producidos o dirigidos en Andalucía" por el premio Juan Ramón Jiménez del certamen.

No era casualidad en una jornada en la que Asecan convocó una reunión en Huelva para avanzar hacia la creación de la Academia del Cine y las Artes Audiovisuales de Andalucía, que será una realidad muy pronto, y con protagonismo onubense reservado.

Por eso, en ese contexto, era una necesidad recordar a Benito Herrera, fallecido hace un mes, y que tan vinculado estuvo a la muestra onubense y a todo el cine hecho en Andalucía desde la Agencia Andaluza de Instituciones Culturales, desde la que participó en 562 proyectos cinematográficos, como se encargó de recordar, uno a uno, un vídeo de homenaje y agradecimiento por su contribución.

Ni el genial Chiquito de la Calzada se quedó sin tributo con esos pasos inconfundibles en la salida al escenario de los dos grandes protagonistas de la noche. Se toman este Premio Luz como un reconocimiento a su trabajo "con honestidad, con respeto por la artesanía y amor por el público". "Vosotros sois nuestra luz. Una butaca ocupada en una sala de cine o en un teatro es la luz del artista. Por eso este premio es para el público, para la gente que nos apoya".

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