Cultura

"Una banda tiene que explorar los caminos que le atraen, sin prejuicios"

  • Los granadinos Lori Meyers presentaron en Huelva 'Cuando el destino nos alcance', un trabajo en el que experimentan sin complejos con la electrónica y que les consolida entre los grupos más relevantes del país

Antonio López, Noni (Loja, 1981) es un alambre de rostro fino, media melena negra y barba de chivo a juego. En el surtidor de una gasolinera pasaría por un tipo más estrenando los treinta, pero cuando se sube al escenario al frente de Lori Meyers, ahá, han vuelto, se transforma en una adrenalínica estrella del rock, puro carisma, un modesto gigante. Así es la banda granadina. Los Lori han publicado cuatro álbumes que han atraído a un enjambre de seguidores. Desde hace varios años, disfrutan de las vistas que hay en lo más alto del panorama independiente nacional, si es que el indie existe, si es que ahora existe algo. Y no paran de crecer.

El grupo aterrizó esta semana en Huelva en la Sala Habana en la gira de presentación de Cuando el destino nos alcance (Universal, 2010), su último trabajo, que no es una revolución en el sonido de la banda pero sí un giro notable, una cambio de rumbo en un momento en el que hubieran tenido más que suficiente con dejarse llevar por la inercia. En el molde de pop de guitarras, melodías pegadizas ejecutadas con destreza y temas consagrados a golpe de estrofa-estribillo, Lori Meyers ha introducido la electrónica. Bienvenido amigo sintetizador, sin complejos. "Sin prejuicios", insiste Noni al móvil. Y si hay que bailar, se baila, aunque él recalca que lo baila todo.

"No llegamos de repente a este sonido, es algo que viene desde hace años. Soy un apasionado de los sintes, tengo varios en casa. En Viaje de Estudios [Houston Party Records, 2004] ya metimos varios loops. Banin, de Los Planetas, tenía muchos cacharros que utilizaba él y que todavía utiliza. Ya entonces entraban en nuestras canciones pero no le dábamos la relevancia actual... También pasó en Cronolánea [Universal, 2008], aunque eran cuerdas, eran cuerdas en sintes. Nosotros siempre hemos intentado tener la libertad personal de hacer nuestra música. Quizás al principio no lo hicimos con tanta claridad, porque no sabíamos o porque no queríamos variar mucho el sonido que hacíamos con las guitarras, pero nos dimos cuenta pronto que no hay que tener perjuicios artísticos. Una banda tiene que explorar los caminos que le atraen, sin prejuicios", explica el cantante.

Lori Meyers nació en un garaje y creció al abrigo de Los Planetas, paisanos y amigos; incluso grabó su primer álbum en el mítico Refugio Antiaéreo granadino. Sus influencias rockeras son muy extensas, desde The Beatles a Sonic Youth, pero también se declaran seguidores de bandas como New Order, Of Montreal y los suecos Miike Snow y The Radio Dept. "Nos encantan, mezclan bases electrónicas con guitarras, rock, pop y también samples y algunas otras cosas. También nos encanta Vangelis y otros grupos de música electrónica de los ochenta. Estas texturas siempre han sido elementos que correspondían a nuestra música, que siempre nos gustaron. Otra cosa es el rollo de grabarlo, de atrevernos. Ahora a lo mejor tenemos un riff con teclado y decimos, queda perfecto, y ésta es la opción", relata el cantante de Lori, que, para cuajar la complejidad de este sonido, enchufa ahora a seis componentes con guitarras, teclado, bajos, batería y percusión.

El propio título del último disco, Cuando el destino nos alcance, contiene una referencia al camino recorrido por la banda, a sus elecciones. También es el nombre con el que se estrenó en España la película de ciencia ficción Soilent Green, de Richard Fleischer, aquella cinta que retrata una sociedad futura antiutópica y apocalíptica, la decadencia de una humanidad [spoiler] que acaba alimentándose de sí misma tras haber agotado todos los recursos del planeta. Arrancaba la década de los setenta y ver a Charlton Heston desvelando la conspiración causó una honda impresión cultural. Treinta años después, por la máxima de que los clásicos serán siempre modernos, Lori Meyers ha encontrado en el ambiente "retrofuturista" de la película un concepto que "se ajustaba" a la definición del nuevo trabajo.

Noni bromea sobre cómo se traducían los títulos cinematográficos en aquellos años, "algo bastante kitsch", y justifica que Cuando el destino nos alcance es una referencia global al grupo, a la estética revival de la banda, que ahora viste trajes muy elegantes en los conciertos, a su sonido preochentero de texturas oscuras y potentes, y también a la temática de las canciones.

Hay letras que describen a la televisión como "una nueva Religión, que no tiene ningún dios"; que ironizan sobre la oleada consumista, Enhorabuena eres el que tiene más; o sobre las actitudes sociales, "puede ser condicional, pero tu ayuda nos servirá" (Condicional hipotética). Y no es que Lori Meyers sean ahora los reyes de la canción protesta ni mucho menos, pero sí que echan un vistazo al exterior y muestran sensibilidades inéditas en su carrera: "Hay letras más sociales, que hablan de formas de mejorar todo esto, y letras más oscuras, en ese aspecto, como la película, donde nos encontramos la abominación última del hombre", relata Noni. "Tampoco creo que aquí esté lo mejor que hemos escrito. Pero sí notas qué aprendes a expresarte a través de la música, algo que es importante, un avance".

Antes de Cuando el destino nos alcance, con Cronolánea, Lori Meyers ya conseguía llenar salas en todos los rincones del país. Ahora preparan cuatro conciertos consecutivos en Madrid para repasar su trayectoria, como ha hecho Vetusta Morla o como estarían en condiciones de hacer Love Of Lesbian y otras bandas de esta edad de oro del indie-pop español. Noni admite el éxito del grupo pero asegura que solo lo han podido asumir "porque ha llegado poco a poco", concediendo a la todavía joven banda "el tiempo necesario para madurar".

Por eso, Lori Meyers recibe con serenidad los golpes de la militancia indie, la misma que acunó a la banda y que ahora mira con recelo que coquetee con la electrónica, que esté en las filas de una gran multinacional, que reciba premios de la MTV o que haya grabado su último trabajo con el argentino Sebastian Krys, productor de decenas de artistas de todo pelaje sonoro pero conocido por un plantel que combina a Gloria Estefan, Shakira o Luis Fonsi. "No sé... Mira, yo creo que independiente es el que hace sus canciones, el que tiene sus ideas propias, sus influencias, sus sonidos y su originalidad, el que hace las cosas que quiere hacer y no lo que le dicta una industria que quizás ahora mismo ni existe. Para mí eso es ser independiente". Entonces, independientes. "Hombre, con lo cabezones que somos con nuestras cosas y con nuestra música, cualquiera...", sonríe. "Hemos aprendido mucho en estos años. Pero no nos han cambiado".

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