Cultura

Los 10 años de Eva La Yerbabuena

  • El próximo viernes, en los Jardines del Generalife, la bailaora celebra el décimo aniversario de su Ballet Flamenco con un espectáculo en el que ha reunido a ocho de las mejores voces del flamenco actual

Estos días, el local que Eva Yerbabuena y Paco Jarana poseen en la sevillana localidad de Dos Hermanas está lleno de actividad. Pero lo que se cuece en esta ocasión no es ningún estreno, sino una fiesta de cumpleaños: la celebración del décimo aniversario del Ballet Flamenco de Eva Yerbabuena, que tendrá lugar el próximo día 27 en Granada, dentro del Festival Internacional de Música y Danza. Un espectáculo único que, además de con los ocho componentes de su cuerpo de baile, contará con la colaboración del bailarín de danza contemporánea Patrick de Bana, invitado en otros espectáculos del Ballet, y de ocho cantaores que, en una u otra ocasión, han acompañado el baile de la artista: Enrique Soto, El Extremeño, Miguel Poveda, Pepe de Pura, Segundo Falcón, Arcángel, Marina Heredia y Jeromo Segura.

"Aunque lo parezca, yo no me he planteado en ningún momento hacer un espectáculo resumen de estos años. Lo que quiero es disfrutar esa noche con los amigos y con el público. Es cierto que haremos cosas que algunos habrán visto, como el paso a dos que hice con Patrick en La voz del silencio (2002), la granaína que Arcángel me cantaba en Eva (1998) o la nana de Poveda en El huso de la memoria (2004), pero son fragmentos que, fuera de contexto, se han convertido casi en algo nuevo. Y respecto a los cantaores, yo siempre me he rodeado de grandes cantaores, porque para mí el cante es la madre del flamenco; soy una cantaora frustrada y el cante es lo que más me emociona y me motiva a la hora de bailar", dice la bailaora.

El que no lo va a tener nada fácil va a ser el guitarrista Paco Jarana -quien, además de su marido, es el director musical de todos los espectáculos del Ballet- para acompañar, junto a sus músicos, a voces tan diferentes como las de El Extremeño o la también granadina Marina Heredia, única fémina del grupo. Voces de artistas que será muy difícil volver a reunir puesto que todos ellos tienen una agenda llena de compromisos.

En estos 10 años, La Yerbabuena, de joven promesa, según muchos heredera de Carmen Amaya, se ha convertido en una espléndida bailaora, merecedora entre otros del Premio Nacional de Danza y valiente a la hora de emprender proyectos con otros artistas -directores de teatro como Hansel Cereza, creadoras contemporáneas como Pina Bausch o Carolyn Carlson, etc.- sin dejar nunca de gravitar en torno a ese baile flamenco añejo y solitario recibido de las bailaoras que la precedieron y que ella convierte en un reto personal. Año tras año, ha ido recorriendo numerosos escenarios de todo el mundo, a veces con 25 personas a su cargo, con espectáculos como 5 Mujeres 5 (2000), A cuatro voces (2004) o Santo y seña (2006), además de los anteriormente citados. "Cuando veo un vídeo del 98 y uno de ahora me veo vieja bailando", comenta Eva, "no por la edad, que todavía no he cumplido los 38, sino por la cantidad de cosas que me parece haber aprendido. Ya no tengo el miedo que tenía entonces, la necesidad de contarlo todo de una vez, de ser muy rápida con los pies; ahora me parece más importante la contención, lo que yo llamo la técnica espiritual, que es la que perdura puesto que la física tiene siempre sus días contados. A mí a veces me alimenta más una lectura que machacarme durante horas en el estudio. Me gusta muchísimo leer".

En efecto, Eva es ya vieja en sabiduría, pero demasiado joven para pensar en otros proyectos, como dirigir una compañía pública -se ríe cuando tocamos el tema y repite: "No entiendo nada de lo que están haciendo los políticos con el flamenco"-, aunque sí le gustaría tener una residencia en un teatro bien equipado y coreografiar y dirigir y trabajar con los coreógrafos que admira, como su amiga Pina o el sueco Mats Ek. Por el momento, sin embargo, ha dejado plantada a la Bienal de Sevilla -"espero que no me lo tomen a mal, pero no quería ser pesada y, además, necesitaba un poco de tiempo antes de emprender mi próximo espectáculo, Soledades"- y se concentra en esta fiesta de la que afirma "estoy contentísima de celebrar en un lugar tan increíble como los Jardines del Generalife porque yo siempre he dicho que, después de tu madre, es la tierra la que te confiere tu personalidad y Granada, aunque le falten muchas cosas como escuelas de danza o teatros, posee una melancolía, una magia que no he sentido en ninguna otra ciudad. A ella le debo el vivir un cuento y el no dejar nunca de ser niña. Por eso espero que todo el público disfrute el próximo viernes como espero disfrutar yo misma".

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