Fila siete

Más allá de la muerte

Holly Kennedy, la protagonista de esta película, empieza a recibir cartas que su marido empezó a enviarle antes de fallecer. Su vida ha sufrido un duro vuelco con la muerte de su esposo, Gerry. No se siente capaz de salir adelante y todos a su alrededor, su madre, sus amigos, tratan de ayudarla, de animarla de alguna forma. Al día siguiente de cumplir los treinta años recibe una carta de su marido Gerry animándola a rehacer su vida, a salir y a divertirse. Cada mes seguirá llegando a sus manos una nueva misiva. Todas terminan de la misma forma: "Posdata: Te quiero". Holly poco a poco se va sintiendo más animada hasta el punto de recobrar las ganas de vivir. Una fuerza parece llegarle de más allá de la muerte.

La película está basada en una novela - de gran éxito editorial - de la escritora irlandesa Cecelia Ahern (por cierto: hija del primer ministro de Irlanda, Bertie Aherns), cuyas característica coinciden con los relatos de intenso contenido sentimental y romántico. Todo ello ha sido captado por el director neoyorkino Richard LaGravenese ahondando en un principio que resulta muy efectivo en esas situaciones de dolor e indefensión para muchas mujeres provocada por la muerte del esposo, el peso del recuerdo, la ausencia del ser querido, en suma el duelo de la viudedad.

La película, a mi modo de ver, tiene una singularidad muy especial que la hace más atractiva. Me refiero a la interpretación de Hilary Swank, ganadora de dos 'Oscar' por sus extraordinarias interpretaciones en 'Boys don´t cry' y 'Million Dollar Baby'. Ella le da una sutil y extraordinaria sensibilidad a su personaje, que contribuye a la reafirmación humana del drama y de su peculiar situación. Es cierto que a Hilary Swank la secundan o comparten su actuación, actrices tan extraordinarias como Kathy Bates, Lisa Kudrow y Gina Gershon, de acrisolada calidad interpretativa, junto a actores tan prestigiosos como Jeffrey Dean Morgan, consagrado por su actuación en 'Anatomía de Grey', Gerard Butler a quien recordarán de '300', y Harry Connick Jr.

Me parece importante la interpretación en este film donde su realizador quizás no aproveche todas las posibilidades melodramáticas del tema, que se deslizan siempre por terrenos demasiado habituales en estos casos. Claro que tal vez con ello favorezca las apreciaciones más sensibles de un buen número de espectadores a quienes apasionen este tipo de relatos. Pero la película tiene un arranque verdaderamente atractivo y su desarrollo posee inflexiones que van mucho más allá del melodrama, un tanto inesperadas para cierta clase de público. Es película donde la interpretación juega un importante papel y esa baza ha sabido jugarla con acierto el director Richard LaGravenese.

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