Fila siete

Vuelve la saga galáctica

CineBox Aqualon Puerto Huelva.- Producción: Estados Unidos, 1999.- T.O.: 'Star Wars. Episode I - The phantom menace 3D'.- Duración: 136 minutos.- Dirección y guión: George Lucas.- Fotografía: David Tattersall.- Música: John Williams.- Montaje: Ben Burtt y Paul Martin Smith.- Intérpretes: Liam Neeson, Ewan McGregor, Natalie Portman, Jake Lloyd, Ian McDiarmid, Pernilla August, Oliver Ford, Terence Stamp, Keira Knightley, Ray Park, Samuel L. Jackson

Parece que a pesar de ser una de las películas que más dinero ha hecho en la historia del cine, su productor, director y guionista, George Lucas, no ceja en su empeño de aumentar sus pingües beneficios y ahora nos devuelve la misma saga galáctica en tres dimensiones. A los trece años de su realización tenemos de nuevo en nuestras pantallas en formato tridimensional uno de los grandes mitos del cine de ciencia-ficción.

En una época de nuevas versiones por doquier, secuelas, continuaciones, precuelas y otros pretextos para seguir explotando títulos taquilleros, nada nos puede extrañar esta reposición del primer episodio -ya vendrán más- por la vía tridimensional.

Una realización para mí más cercana a la fanta-ciencia que a la auténtica ciencia-ficción, plagada de secuelas y sucedáneos de toda índole. A alguien se le ocurrió situar esta saga junto a 2001: Una odisea en el espacio (1968), de Stanley Kubrick y Blade Runner (1982), de Ridley Scott, encaramándola a la sublime trilogía de la ciencia-ficción. Tamaña ocurrencia me parece una absurda pretensión, por no decir otra cosa más despectiva. Tal idea desmerece la categoría de las realizaciones de los dos grandes directores citados y el valor de sus respectivas películas, infinitamente superiores.

No es que yo quiera disminuir los méritos de George Lucas, que los tiene. Pero es que él mismo fue el primero en reconocer que su película "no es ni siquiera un film de anticipación. Más bien se refería a un cuento de hadas moderno, una visión que debe más a los hermanos Grimm o a los relatos feéricos que a 2001: Una odisea en el espacio. Esta historia, que convierte un conflicto, donde los impuestos sobre las rutas comerciales desatan una conflagración de carácter estelar, se transforma como en el resto de las entregas, en una aventura bélica en los espacios galácticos más lejanos.

La guerra de las galaxias, en este episodio como el resto de las entregas, es todo un espectáculo, un llamativo ejemplo de gran superproducción con riqueza de todo tipo de medios y derroche de toda una parafernalia galáctica -ahora acrecentada por el 3D-, que, a mi modo de ver, se admira más que interesa, entusiasma más que intriga y sorprende más que fascina. A su favor me parece que George Lucas ha demostrado su capacidad para condensar no sólo los géneros sino también las imágenes y los ritmos a los que pudieran ser especialmente sensibles los más diversos espectadores. Proporciona una gran potencia visual y una atractiva puesta en escena en su aspecto técnico.

Habría que disculpar algunos de sus disparatados personajes y diseños que pueden parecer complicidades o licencias contraculturales pero que aportan cierta gracia, tal vez un divertido ingenio o quizás un guiño un tanto transgresor y ocurrente de cara a la galería o al espectador más generalizado. Muchos volverán por su galácticomanía o su sentimiento nostálgico.

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