feria de san isidro | decimosexta corrida en las ventas

Triunfo de un solvente Castella con 'Hebreo', un 'jandilla' de vuelta al ruedo

  • Seria corrida de la ganadería de Borja Domecq, en la que sobresalió el segundo, un toro muy encastado al que el francés corta una oreja tras una importante faena que no remata contundentemente con la espada

Sebastián Castella, en un derechazo de mano baja al encastado 'Hebreo' de Jandilla.

Sebastián Castella, en un derechazo de mano baja al encastado 'Hebreo' de Jandilla. / javier lizón / efe

Nueva tarde de máxima expectación, con otro No hay billetes, en la que se despidió sin relieve de esta plaza Francisco Rivera Ordóñez Paquirri, brilló Sebastián Castella y pasó de puntillas Alberto López Simón.

Sebastián Castella cuajó una gran actuación, en la que únicamente le faltó fortuna con la espada. El francés se entregó en una gran obra ante su primero, Hebreo, número 84, negro, cinqueño y de 527 quilos. Toro muy encastado, que embistió con transmisión; dibujando el diestro buenas verónicas, ganando terreno. El toro hizo una buena pelea en varas, acudiendo de largo y siendo aplaudido el varilarguero José Doblado. José Chacón prendió dos grandes pares, con palmas que echaron humo.

Paquirri, que se despidió de Las Ventas, y Alberto López Simón se marchan de vacío

A partir de ahí, Castella, muy generoso, en los medios, citó para una tanda diestra alternando dos muletazos por la espalda. En las afueras, cuajó una gran faena, en la que el toro humillaba y perseguía la muleta con nobleza. La primera tanda con la derecha, en las afueras, estuvo marcada por la ligazón y muletazos por bajo. En los medios, siempre el toro con fijeza, brilló especialmente en otra tanda de derechazos, con un cambio de mano que enlazó con un natural prodigioso y larguísimo, rematado con un primoroso pase del desprecio. Con la izquierda descolló en una serie en la que primó la quietud y en otra, en redondo, que fue colosal. El público rugió una y otra vez con olés. Se preveía el premio de dos orejas. El diestro propinó media estocada trasera y el encastado toro tardó mucho tiempo en caer. El presidente otorgó la vuelta al ruedo del gran Hebreo y una oreja, solicitada mayoritariamente para el torero. El público no pidió un segundo trofeo. Pese a los honores para toro y torero, hay que decir que el diestro cuajó una faena de dos orejas.

El quinto astado, que blandeó en el primer tercio, fue devuelto. En su lugar, saltó un sobrero de Salvador Domecq, también bien presentado, de nombre León, que fue todo un tigre, pues embestía con agresividad y genio. Castella se mostró muy firme, solvente e importante en una faena larga, que comenzó con estatuarios y en la que en varias ocasiones aguantó hachazos e intercaló muletazos por la espalda, logrando una serie notable por cada pitón. Escuchó un aviso antes de entrar a matar, lo que hizo de pinchazo y estocada para escuchar una ovación.

Paquirri se despidió de Madrid con una actuación sin relieve. Un torero que despertó mucha expectación en los comienzos de su carrera en Las Ventas, donde ha sumado más de una veintena de tardes y ha cortado tres orejas. Con el que abrió plaza, noble, que cumplió bien en varas, hubo tanteos y probaturas, sin que Paquirri llegara a sacar al toro a las afueras.

El cuarto, bien presentado, de cornamenta arremangada, embistió bien en el capote y en un primer tramo de muleta. Paquirri, quien lo recibió a la verónica, cumplió en banderillas y porfió en los adentros en una labor correcta hasta que el animal se rajó.

López Simón pasó de puntillas. Se las vio en primer lugar con un toro de Vegahermosa bien armado, encastado, que cumplió en varas, pronto, y que humillaba tras las telas. El madrileño tras una buena tanda con la diestra, realizó un trasteo que bajó paulatinamente en intensidad y que fue aplaudido.

Con el sexto, bravo y exigente, López Simón no convenció en una faena porfiona, pero carente de brillo.

El espectáculo se recordará por la seria corrida de Jandilla, con un excelente Hebreo y un solvente Castella quien, pese a la espada, redondeó una actuación de muchos quilates.

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