Fila siete

Terror fantástico

Multicines La Dehesa Islantilla, CineBox Aqualon Puerto Huelva, CineVip Lepe, El Condado Cinemas 7 y Al Andalus Punta Umbría.- Producción: Estados Unidos, 2012.- T.O.: 'Abraham Lincoln: Vampire hunter'.- Duración: 105 minutos.- Dirección: Timur Bekmambetov.- Guión: Seth Grahame-Smith basado en su propia novela.- Fotografía: Caleb Deschanel.- Música: Henry Jackman.- Montaje: William Hoy.- Intérpretes: Benjamin Walker, Mary Elizabeth Winstead, Rufus Sewell, Dominic Cooper, Martin Csokas, Anthony Mackie, Erin Wasson

Vampirizar circunstancias históricas, incluidos sus personajes más famosos, no es la primera vez que el cine estadounidense lo plantea. Nada puede extrañarnos en un director como Timur Bekmambetov, a quien recordarán de Guardianes de la noche (2004) y Guardianes del día (2006), títulos que nos llegaron de una aterradora trilogía que pretendía establecer pautas imprevisibles en el cine de terror con profusión de efectos especiales y situaciones que propiciaban fácilmente el grito y el escalofrío. Un enfrentamiento maniqueo entre las fuerzas de la luz y la oscuridad. El realizador ruso-kazajo, afincado ahora en Hollywood vuelve a las criaturas de la noche sirviéndose de la novela de ficción de Seth Grahame-Smith, habitual de la relectura histórica y autor también del guión.

Esta increíble historia nos cuenta la vida oculta de Abraham Lincoln. Además de ser presidente de los Estados Unidos, se revela como cazador de vampiros tras saber que su madre murió asesinada por uno de esos licántropos. De esta forma tenemos al protagonista en una acción violenta y visceral propia de las tradiciones vampíricas que convierte al venerado mandatario estadounidense en uno de los más activos depredadores de los llamados no muertos. Se nos muestra, además, extraordinariamente hábil manejando el hacha, capaz de cortar un árbol de un solo tajo.

Semejante argumento, dice el director, le ha permitido estructurar el relato como una película de superhéroes. El deseo de venganza de Lincoln por el asesinato de su madre a mano de un vampiro y en su dolor por no haberla protegido, le lleva a adiestrarse en la captura y exterminio de estas malditas criaturas, porque sólo los vivos están capacitados para eliminar a los muertos. Al mismo tiempo el protagonista se inicia en la política en la que llegaría a ser un destacado líder, combinando estas actividades con otros acontecimientos de la época como la Guerra Civil.

Todo esto sirve a Timur Bekmambetov para mostrarnos sus habilidades para transformar en estimulantes secuencias todas estas elucubraciones que se desarrollan entre el terror, la fantasía y el espectáculo, dentro de los parámetros de una historia maniquea, en la que el presidente norteamericano se enfrenta a un horrible adversario, un vampiro sin escrúpulos encarnado por Rufus Sewell. En todo caso es un argumento en la medida de su productor, Tim Burton, hábil artífice como sabemos de este tipo de relatos. Hay una especial dedicación a la estética y al mismo tiempo una notable espectacularidad en la puesta en escena, especialmente en las secuencias de acción. Buen trabajo del protagonista Benjamin Walker y aunque la película resulte absolutamente convencional, su factura es muy efectiva. Sobre todo para quienes van al cine a divertirse sin ningún prejuicio.

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