Cultura

Supercañeras

Multicines Al Andalus Punta Umbría.- T.O.: 'St. Trinians'.- Producción: Reino Unido, 2007.- Duración: 97 minutos.- Dirección: Oliver Parker y Barnaby Thompson.- Guión: Piers Ashworth y Nick Moorcroft (basado en los dibujos de Ronald Searle).- Fotografía: Gavin Finney.- Música: Chearlie Mole.- Montaje: Alex Mackie.- Intérpretes: Rupert Everett, Lena Headey, Colin Firth, Mischa Barton, Gemma Arterton, Jodie Qhittaker, Talulah Riley, Russell Brand, Anna Chancellor y Stephen Fry.

Ya decíamos hace unos días que las fechas en las que estamos la cartelera son propicias a los saldos veraniegos. Sólo así se concibe que una producción británica realizada en 2007 se recupere ahora para estos estrenos estivales que pretenden llenar la programación con films como éste, taquillero en su día en la Gran Bretaña, que parece un buen espectáculo para esta época de rebajas cinematográficas. Con un título de reclamo comercial que nada tiene que ver con el original, sencillamente St. Trinians, un colegio famoso para señoritas, que nos devuelve a la clásica comedia de high school, tan prodigada por el cine norteamericano. Y esa es la historia que nos presenta la película cuando St. Trinians está al borde del cierre al que le ha abocado la tremenda crisis económica que sufre. Esa es la amenaza que presenta el banco a la directora del internado, considerada una de las más anárquicas de Gran Bretaña. Camilla Fritton sigue sin tomarse muy en serio la situación y deja que sus alumnas actúen con entera libertad. Pero las gamberradas de las chicas y las rivalidades entre los distintos grupos, empiezan a plantear una situación preocupante, sobre todo cuando se designa a Geoffrey Thwaites como nuevo Ministro de Educación, decidido a poner orden y disciplina en la díscola academia. Ante la nueva situación que hace peligrar la continuación del centro, las alumnas abandonan sus enfrentamientos e ingenian un plan para conseguir dinero. Deciden robar el famoso cuadro La joven de la perla, de Vermeer, que puede ser el atraco del siglo. El origen de la historia se debe al dibujante Ronald Searle, autor de una serie de dibujos caricaturescos en torno a las peripecias del colegio femenino de St. Trinians, que tras triunfar como novelas en los años 50 y 60, atrajeron la atención del director cinematográfico Frank Launder. Esto es lo que ha servido a los realizadores británicos Oliver Parker -responsable de dos adaptaciones de Oscar Wilde al cine: Un marido ideal (2000) y La importancia de llamarse Ernesto (20029- y Barnaby Thompson a llevarlas a la gran pantalla en el contexto de una comedia disparatada, que no hace más que trasladar a la actualidad las invenciones de Searle. El resultado es una farsa adolescente a la medida de un público más bien gregario y poco exigente que abunda en muchas latitudes y que está más por lo inmediato y lo intranscendente, que por presupuestos que exijan mayores esfuerzos mentales. A la altura de las peculiares sitcom televisivas, como las series españolas tipo Física o química, sus directores no han dudado en contar con destacados intérpretes que van desde la ya conocida Lena Heady a la recién llegada Gemma Arterton, cuyo talento y atractivos son innegables o a la calidad de dos actores de prestigio más que demostrado como Rupert Everett, en un doble papel que prueba su capacidad histriónica, y Colin Firth, a quien hemos visto en cometidos más nobles. Ni a unas ni a otras -y algunos más que integran el elenco- les ha importado prestarse a esta grotesca humorada, a veces a costa de su prestigio, pero que es propia de este tipo de procaz vodevil que propende más a la descarada provocación que la habitual sal gorda de pretextos exclusivamente comerciales y alimenticios para sus artífices. A la falta de ingenio, evidente en estas extravagantes historias, se le aportan elementos que, aunque poco agraciados, por su atrevimiento atraen a un público fácil, lanar y dispuesto a pasar el rato con cualquier cosa.

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