Cultura

Subasta de cinco óleos del moguereño Rafael Romero Barros sobre la infancia de Cristo

  • Cada una de las obras del pintor, padre de Julio Romero de Torres, salen a un precio de 4.000 euros

'Mujeres en el pozo', obra de Rafael Romero fechada en 1863.

'Mujeres en el pozo', obra de Rafael Romero fechada en 1863. / h. información

La fama de su hijo, Julio Romero de Torres, le dejó en un segundo plano, pero aún hoy es uno de los pintores andaluces del XIX que conserva el reconocimiento de los especialistas, lo que convierte la salida a subasta de sus cuadros en una ocasión magnífica para los coleccionistas de arte. Es Rafael Romero Barroso, moguereño de nacimiento, y autor de cinco obras de formato medio dedicadas a escenas de la infancia de Cristo, que saldrán a subasta el próximo 6 de julio en Madrid. Los cuadros proceden de colecciones particulares y la galería Fernando Durán los oferta a un precio inicial de 4.000 euros cada uno, según informó a este periódico. Por eso las obras se encuentran expuestas estos días en su sala madrileña de Conde de Aranda, una oportunidad también para ser contempladas por el público antes de que vuelvan a pasar a manos privadas.

Estas obras, conocidas como la Serie del Nacimiento, representan cinco episodios evangélicos de la infancia de Jesús. Todas ellas están firmadas por Rafael Romero Barros, el padre del célebre pintor Julio Romero de Torres. Su estilo todavía evidencia la influencia de la tradición barroca andaluza inspirándose en algunas obras de autores como Murillo o Pedro Atanasio Bocanegra, pero son decididamente románticos en su concepción, ya que participan de la influencia del paisajismo inglés a través del conocimiento de la obra de Villaamil. Los cuadros, todos ellos datados en 1863, son: Degollación de los Inocentes, Anuncio a los pastores, Regocijo de los pastores al recibir la buenanueva, Adoración al Niño y Mujeres en el pozo.

Rafael Romero Barros (1832 - 1895) nació en Moguer por circunstancias laborales de su padre y marchó de la localidad con sólo tres meses de vida, pero hay una calle que le recuerda, muy cerca del Convento de Santa Clara.

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