Cultura

Rocío Márquez deslumbra en La Unión con un gran derroche en su 'Firmamento'

  • La cantaora onubense regresa a la 'Catedral del Cante' tras su irrupción hace nueve años

  • Demuestra que es una de las referencias musicales nacionales, más allá del cante flamento

Era la noche de Lole Montoya en la que se coló Rocío Márquez. La mitad del dúo que fundó el nuevo flamenco junto al fallecido Manuel Molina, saldó la deuda con el Festival Internacional del Cante de las Minas en una emotiva actuación en la que recordó los temas que encumbraron a Lole y Manuel, y que cerró una primera gala flamenca abierta por la deslumbrante cantaora onubense Rocío Márquez. Una noche en la que fue inevitable apelar a los paralelismos que suponen juntar en la misma noche a Lole, que abrió un camino en el cante jondo introduciendo la poesía en lo que se llamó nuevo flamenco, con Rocío Márquez, que está revolucionando este arte con ejemplos como Firmamento, en el que introduce el jazz y letras de mujeres alejadas del cante jondo como Christina Rosenvinge.

La gala comenzó de forma arrolladora por Rocío Márquez, que regresaba a La Unión tras haber arrasado en 2008 logrando todos los premios del certamen de ese año, entre ellos la Lámpara Minera, y que demostró la versatilidad y dominio que tiene del flamenco clásico y de su apuesta por innovar en este arte, tal y como hicieron Lole y Manuel hace más de cuatro décadas. Dos semanas después de su deslumbrante actuación en La Mar de Músicas de Cartagena, donde dio su versión más moderna acompañada del Proyecto Lorca repasando su último trabajo, Firmamento, Márquez constató que es una de esas referencias musicales en España, y no sólo en el ámbito del flamenco.

La onubense muestra su dominio del flamenco más clásico y una gran innovaciónLole Montoya salda la deuda con el festival con un recuerdo a su época con Manuel

Acompañado por la fiable guitarra de Miguel Angel Cortés y las palmas de Los Mellis, la cantaora onubense magnetizó a la audiencia con un repertorio de bulerías, fandangos de su tierra o alegrías, en las que ha sido capaz de mezclar la cadencia ortodoxa de su voz con un fraseo mucho más moderno. Conocedora de la exigencia de la Catedral del Cante, Márquez ha estremecido con su oda a los mineros en Tierra y centro, aunque no desperdició la ocasión de pisar otros terrenos con temas como Firmamento y Caracoles.

Dejó la gala en suerte para Lole Montoya, quien acompañada a la guitarra por Juan Carmona, creador de Ketama, recorrió las composiciones que llegaron al gran público a mediados de los años 70 del siglo pasado, en un espectáculo inspirado en la gira Lole canta a Manuel, en el que homenajea a Manuel Montoya, fallecido hace dos años. Con su ritmo personal, fusionando la música clásica e incorporando la poesía a los palos más tradicionales del cante jondo, Lole ha mostrado al entendido público unionense que discos como Nuevo día o Pasaje del Agua abrieron el flamenco al gran público antes de que saliera a la luz el mítico La leyenda del tiempo, de Camarón.

Cuento para un niño fue la carta de presentación en la Catedral del Cante de la cantante trianera, que ha dejado su voz magnética en una embrujadora versión por bulerías de la nana Dime, o Nuevo día, con esa evocadora metáfora del amanecer: El sol joven y fuerte/ ha vencido a la luna/ que se aleja impotente/ del campo de batalla.

Continuando con "Al alba por alegrías" o "Tangos canasteros", Lole ha terminado por recorrer la memoria colectiva de un público ansioso por rememorar uno de esos momentos en la historia musical de España en la que un dúo flamenco se codeó en lo más alto con los cantantes y grupos de música pop y folclórica, algo que será difícil repetir.

La segunda gala flamenca traerá a La Unión a Paco Montalvo, que trazó un rumbo en el mundo de la música con su violín flamenco, que precederá a la actuación del cantaor granadino y ganador de la Lámpara Minera Juan Pinilla.

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