Cultura

"Nancys Rubias se ha visto como una broma del marido de Alaska"

  • El grupo de Mario Vaquerizo presenta su último disco, "Ahora o nunca", un compendio de temas 'kisch'

Nancys Rubias nació como proyecto en 2004 bajo el 'amadrinaje' de Fangoria, lo que determinó en gran medida la circulación mediática de una serie de críticas que no quisieron comprender el talante lúdico de la propuesta de los hermanos Vaquerizo, Juan Pedro, Susie Pop (tristemente fallecida) y Miguel Balanzategui. Pop, Glam, electrónica y unas letras absurdas y warholianas compuestas por Nacho Canut hicieron de Mario y compañía una suerte de fenómeno kitsch que terminó de popularizarse con el reality de Vaquerizo y Alaska, su esposa. Ahora o nunca, su último disco.

-Ahora o nunca es el cuarto trabajo de Nancys Rubias. Cuando empezaron, ¿pensaron en la posibilidad de llegar a sacar tantos discos?

-Es que nosotros nunca hemos concebido esto como una carrera de fondo. Montamos el grupo con una actitud lúdica, con la pretensión de pasarlo bien y divertirnos grabando o actuando. Y como no te esperas nada, todo lo que viene lo recibes con mucha alegría. No hay pretensión de triunfar ni de acabar viviendo de la música o de recibir premios. Para nosotros, el mayor premio es hacer en cada momento lo que nos apetezca. ¿Qué implica eso? Que ni tienes presiones ni sufres cuando no salen las cosas. Somos un poco unos marcianos a la hora de enfocar la música.

-¿Y qué supone para usted ser una Nancy Rubia?

-Para mí supone un momento continuo de autorreafirmación. De verme y de no avergonzarme de este disco ni del primero. De ser consciente cada día de que estoy en uno de los mejores grupos de este país; o, al menos, así lo veo yo. Y sobre todo supone estar acompañado del resto de las Nancys Rubias, que son unas auténticas rock stars.

-Las letras son de Nacho Canut. ¿Cómo trabajan con ellas?

-El proceso de creación de las canciones tiene una doble dinámica. Si un día voy por Marina d'Or, pues le digo a Nacho que me escriba una canción sobre el tema. Y a partir de ahí le encargamos la música a los compositores, que son Mauro Canut y Juan Carlos Moreno. Otras veces hay melodías que nos proponen nuestros compositores y luego surgen las letras. Es todo muy flexible, espontáneo y natural. Aunque eso no significa que te lo tomes a la ligera. Muchas veces Nancys Rubias se ha visto como una broma que se ha marcado el marido de Alaska por el mero hecho de reconocer en todo momento que no sabemos tocar. Pero nunca hemos pretendido engañar a nadie. Y además, consideramos que, hoy en día, para tener un grupo no es necesario tener un dominio técnico de los instrumentos. Si quisiéramos, lo podríamos tener. Es sólo cuestión de echarle horas. Pero yo no tengo esa necesidad. Un artista no es un artesano, y la genialidad te viene dada, no la consigues a base de trabajar. Si yo no tengo ese don que tiene Nacho a la hora de componer letras, ¿para qué voy a pretender hacerlo si soy consciente de mis limitaciones? Además, Nacho Canut nos conoce tan bien que nos hace letras a medida. Es como si hiciese alta costura.

-¿Y esa relación tan estrecha con Nacho Canut, Alaska…?

-Hombre. Espero que mi relación con Alaska sea tan estrecha como dices, porque es mi mujer desde hace muchos años (risas). En nuestro caso nos acogemos a la selección natural. Al final te quedas con la gente con la que te identificas. Y eso te lo da el tener unos puntos de vista muy similares. Estamos como una especie de Factory warholiana donde nos reunimos todos.

-Quería decir que si esa relación con ellos no les convierte en cierta medida en una consecuencia de la conocida Movida madrileña.

-No. Piensa que, quitando a Nancy Travesti, nosotros no vivimos aquello. Pero si por Movida madrileña entiendes Fabio McNamara o los Pegamoides, pues sí. Está claro que tenemos mucho que ver con ellos. Pero en cualquier caso, es algo que va más allá de una época cultural concreta. Es más bien gente que habla el mismo idioma. Más que de Movida madrileña hablaría de personas. Un movimiento creado expresamente para decir unas cosas concretas es el surrealismo, no la movida. Alaska, Fabio, Carlitos Berlanga son almas gemelas más que una influencia generacional. Somos almas gemelas que hacen cosas juntas.

-¿En qué se diferencia Mario Vaquerizo de Nancy Anoréxica?

-En nada. Mario Vaquerizo es Nancy Anoréxica. Aunque Mario Vaquerizo no está todo el día encima de un escenario porque tiene otras cosas que hacer. Es periodista, le encanta escribir, ser tertuliano de la radio, estar tranquilo en casa… Nancy Anoréxica es un alter ego de Mario Vaquerizo. Lo único que los diferencia es que Mario no tiene ya edad para pasarse todo el día por la Gran Vía con los zapatos de tacón. Más que nada porque el abuso de tacones es malo para la espalda.

-A propósito de vuestro próximo concierto: ¿qué los ha llevado a elegir una ciudad tan poco 'glamourosa' como Cádiz para presentar Ahora o nunca?

-Es que el término 'glamouroso' está muy manido, muy pervertido. Ya ha perdido todo su sentido. ¿Por qué no va a serlo una ciudad como Cádiz? Cuando tocamos hace unos años actuamos en un centro cultural con una programación de música independiente que ya la quisieran otras ciudades de España. Su museo compró la colección del Valle de los Caídos de Costus. Si eso no es glamour, será que tenemos diferentes conceptos del término.

-Sí, debe ser eso.

-A mí me gusta estar en todos los sitios y no me gusta excluir. Cuando excluyes, empiezas a desconocer, y cuando desconoces, te pierdes muchas cosas buenas. Así que las Nancys Rubias vamos adonde nos apetece. Mientras haya una persona o dos que disfruten con nuestro concierto, ya me doy por satisfecho.

-No se preocupe. Estoy seguro de que en Imagina van a disfrutar mucho con Nancys Rubias.

-Claro. Es que es divertidísimo. Nosotros llegamos a Sevilla. Al día siguiente nos vamos a Cádiz. Nos acompañan algunos amiguitos. Paramos a comer en un sitio bueno. Llegamos al hotel, hacemos las pruebas, hablamos con los fans… Pero claro, si eres un artista que sólo va a tocar a los sitios por dinero y no llevas ni a tus músicos habituales, pues a lo mejor entendería que tocar es un coñazo. Pero es que, aunque tocar se termine convirtiendo en tu profesión, siempre tienes que verlo como una afición. Es lo que hace que te sientas totalmente un privilegiado, claro.

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