Fila siete

Mordaz tragicomedia

CineBox Aqualon Puerto Huelva.- T.O.: 'La chispa de la vida'.- Producción: España, 2011.- Duración: 98 minutos.- Dirección: Álex de la Iglesia.- Guión: Randy Feldman.- Fotografía: Kiko de la Rica.- Música: Joan Valent.- Montaje: Pablo Blanco.- Intérpretes: José Mota, Salma Hayek, Juan Luis Galiardo, Blanca Portillo, Fernando Tejero, Carolina Bang, Manuel Tallafé, Santiago Segura, Antonio Garrido, Joaquín Climent, Eduardo Casanova, Juanjo Puigcorbé

Es sorprendente lo cerca que se sitúa siempre Álex de la Iglesia de la tragicomedia más convincente. Tras la relectura histórica tan discutible como discutida y tan cercana al arrebato dialéctico de Balada triste de trompeta (2010), uno querría volver a encontrarse con las mejores facetas de su director, aunque hubiera que remontarse a El día de la bestia (1995) -quizás Muertos de risa (1999), tan olvidada- o La comunidad (2000). Pero estamos ante esta sátira social tan enraizada en este tiempo tan complejo y aciago que vivimos.

En esa perspectiva desalentadora se sitúa el protagonista de esta historia, Roberto, un publicista sin empleo y sin perspectivas de trabajo, que un día tiene la mala suerte de quedar atrapado en un accidente en el Teatro Romano de Cartagena. No hay forma de rescatarlo y nadie encuentra la manera de liberarlo de la trampa en la que ha quedado inmovilizado. La situación tan trágica como absurda, atrae la atención general a través de los medios de comunicación que inmediatamente publican la noticia y hacen del accidente un espectáculo. Roberto, con su instinto publicitario, entiende que puede sacarle partido al accidente y venderlo en exclusiva para de esta forma resolver los problemas económicos que padece su familia.

He aquí como la crisis global que vivimos se transforma en drama personal con evidencia social a través del habitual circo mediático en que suelen convertirse hoy muchas de las desgracias que algunos sufren. A cualquier cinéfilo se le ocurre recordar títulos como El gran carnaval (1951), de Billy Wilder o La cabina (1972), de Antonio Mercero, un éxito televisivo, aunque hay algunos más. Son referencias que ponen en solfa la ética periodística hoy tan discutida y escasa en diversos aspectos del ejercicio informativo donde la actividad amarilla es tan frecuente.

Ataque directo, crítica incisiva, sarcástica y sin ambages a ciertas cadenas televisivas, políticos, banqueros y especuladores sin corazón. Es, tal vez, lo más agudo de esta corrosiva sátira social aunque a veces cargue con exceso las tintas y provoque el desmadre en muchos momentos donde se conjugan ingeniosas situaciones, ocurrentes algunas y otras desquiciadamente grotescas. En ese aspecto Álex de la Iglesia, que tiende al nihilismo burlesco y la caricatura a ultranza, en ocasiones emborrona sus imágenes. Y es una pena porque el producto merece la pena y lo considero muy atractivo para el gran público. Correcta actuación de José Mota, que recuerda muy ligeramente al de la tele, y magnífica, sorprendente, Salma Hayek. El resto del reparto de esta mordaz tragicomedia cumple favorablemente sus cometidos.

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