Cultura

¿Mito o ficción?

Multicines La Dehesa Islantilla, CineBox Aqualon Puerto Huelva, CineVip Lepe, El Condado Cinemas 7 y Al Andalus Punta Umbría.- Producción: Estados Unidos, 2011.- T.O.: 'Sherlock Holmes: A game of shadows'.- Duración: 129 minutos.- Dirección: Guy Ritchie.- Guión: Kieran Mulroney y Michele Mulroney basado en los personajes creados por Sir Arthur Conan Doyle.- Fotografía: Philippe Rousselot.- Música: Hans Zimmer.- Montaje: James Herbert.- Intérpretes: Robert Downey Jr., Jude Law, Naomi Rapace, Stephen Fry, Rachel McAdams, Jared Harris, Kelly Reilly, Eddie Marsan

Nos hacemos esa pregunta: ¿Estamos ante un mito o una ficción en el sentido puramente literario del género? Es curiosa esta afición que ha resucitado sobre la mítica figura del famoso detective creado por Sir Arthur Conan Doyle, cuyas primeras aventuras se publicaron en 1891 -y que tantas veces se han llevado al cine y a la televisión-, ya que no sólo Guy Ritchie, a su manera, se ha ocupado del personaje en 2009 en su película Sherlock Holmes, sobre lo que vuelve ahora sino que, además, empezaba hace unos días una polémica serie televisiva producida por la BBC con el título Sherlock, actualizando al sabueso.

Ante esas transformaciones que sufre el detective -que en esta película llega a disfrazarse de mujer- y esa trepidante visión de sus aventuras, Jude Law, que encarna a su entrañable ayudante Watson, sostiene que "En los relatos hay mucha más acción que en todas las adaptaciones que habíamos visto hasta la fecha". Es su punto de vista. Por lo que aquí vemos no hay más que una secuela de la actualización del personaje a la manera del realizador de estas películas Guy Ritchie, del que nos seguimos quedando con su RocknRolla (2008).

Esta nueva versión, superior técnicamente a su precedente, tiene a unos protagonistas más sueltos, más libres, menos comprimidos y una puesta en escena más llamativa con una espléndida recreación de los diversos escenarios donde se desarrolla la acción, Londres, París, Viena, además de una banda sonora del siempre impactante Hans Zimmer que cuenta además con temas de Mozart, Schubert y Ennio Morricone.

Por lo demás estamos ante el previsible enfrentamiento de Holmes con el maligno profesor Moriarty encuadrado en esa visión abusivamente grandilocuente de Guy Ritchie, que trata de asombrar al espectador con las estratagemas y recursos cinematográficos más engañosos: la ralentización de las imágenes, secuencias montadas caprichosamente, encuadres inverosímiles y desconcertantes y su peculiar sentido del humor.

Todo a costa de una ruptura constante del ritmo narrativo y unas interpretaciones demasiado ingenuas de la intriga que deforman, más que desmitifican, al hierático personaje de Sir Arthur Conan Doyle. Yo siempre estaré en contra de estas argucias supuestamente iconoclastas que no pretenden más que lograr una fácil comercialidad. Cuando, además, el producto no logra provocar la sorpresa en el espectador.

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