La Bienal de Arte de Venecia busca en su 53 edición conservar el mismo "magnetismo" de estos más de 100 años de historia en una muestra con amplia representación iberoamericana y en la que la pintura cede espacio a otras formas de representación artística.

El certamen, que este año lleva por título Fare Mundi (Crear mundos), pretende mostrar "el mundo que han creado los artistas", según declaró el sueco Daniel Birnbaum, director de la muestra que se desarrollará desde hoy y hasta el 22 de noviembre. En la jornada de hoy, además, está prevista la entrega del León de Oro a toda una carrera dedicada al arte a la japonesa Yoko Ono.

España, vinculada a la bienal de la ciudad de los canales desde su primera edición en 1895, inauguró ayer su pabellón protagonizado por el pintor mallorquín Miquel Barceló que ha contado con Enrique Jucosa, director del Museo de Arte Moderno de Dublín, como comisario de la exposición.

La muestra del mallorquín está dividida en tres grandes temas: la espuma de mar, África y los gorilas, en concreto, el fallecido ejemplar albino fallecido en el zoo de Barcelona, Copito de nieve, quien, según Barceló, vivía en soledad, como lo hace un artista. "No creo mucho en la supremacía del ser humano sobre los primates", dijo el artista balear.

Para poner de relieve su personal concepción del arte Barceló ha trabajado con herramientas que van desde las composiciones audiovisuales hasta las creaciones lumínicas, pasando -muy poco, eso sí-por técnicas más tradicionales como la pintura o la cerámica, y que son los soportes los protagonistas del pabellón de España.